Han sido estas jornadas previas a Pentecostés, días de cierto ajetreo y sin poesía, os los comparto. Por un lado la visita del Provincial y Delegado de los Paúles me han hecho de nuevo sentir el calor humano de la familia de san Vicente. Afables y siempre sonrientes Carlos y Miguel, ambos colombianos, han visitado a la comunidad de aquí formada por Juan, Henri y Héctor. Colombianos y Congolés, están en la lejana parroquia de Boganangone. Una vida discreta pero cercana a la realidad y sus protagonistas: el pueblo. Cuando hablan no se les llena la boca de palabras grandilocuentes, como acostumbra el clero local, que por lo general envuelven en regalo la nada. Ellos son sencillos y representan muy bien aquello que decía su cura de les Landes, que "el bien no hace ruido". Siempre encuentras en ellos la sincera acogida fraternal y el apoyo cordial de quienes se saben en misión. La visita obedece a su deseo de abrir parroquia en Bangui y de este modo con la llegada de alguno más reforzar su presencia y ayudarse en la extenuante tarea evangelizadora que caracteriza a esta tierra. Con ellos he compartido estos días diversos tiempos desde que pasaron por casa a saludar y compartir su apretado programa de semana. Hemos tenido tiempo también para vivir la alegría del encuentro con las hermanas Hijas de la Caridad que nos han abierto su casa en un barrio muy pobre de Bangui, tras la parroquia de Fátima.
De otra parte, el P. Romek también compartió otra jornada en torno a un café. Él y una de las laicas polacas, regresan de vacaciones. También él es sacerdote diocesano de la diócesis de Tarnov y está en misión aquí desde 2019. Hombre cercano y directo es a la par profundo y jovial. Trabajador nato, ha realizado también no pocas instalaciones solares, antes de que lo hiciera ahora Pepe. Se merece un descanso, que procura cada año, urgido también por lo duro de esta tarea aquí. Regresará dentro de mes y medio, pero ya me anticipó, que dejará la misión de Bagandou. Aún no sabe si quedará aquí con otros compañeros, irá a otro lugar o se regresará. Primero ha de descansar.
Llegaron también de Grimarí los padres Abraham y Gladimiro. Abraham arrastra un paludismo que lo ha dejado K.O. Como aquí se confunde todo porque no hay labor de diagnosis alguna, después de haberlo subido al St Joseph Hôpital y de haberle puesto tres inyecciones, como persiste su malestar, ahora dice que puede ser Dengue, que lo padeció en Togo y parece no lo curó bien. El caso es que toman a diestro y siniestro amoxicilina, paracetamol,... Es delirante esta situación donde la sintomatología te puede llevar a sospechar que tienes una cosa u otras cuantas. Te pones a luchar pero no sabes muy bien contra quien. Ahí está el hombre, un día mejor y otro de aquella manera.
Además llegó el otro día el padre Jonas, un misionero nativo de unos setenta años. En el transcurso de la eucaristía se puso malo y lo llevaron a la cama. Yo estaba celebrando en el Monasterio. Cuando llegue, estaba muy mal, desorientado no acertaba ni a hablar. De mi botiquín saqué el tensiómetro, pulsioxímetro y termómetro. Constantes normales, oxigenación aceptable y temperatura normal. Sólo quedaba hacerle una glucemia. Reveló este último análisis que estaba en hipo con apenas 39. Rápidamente le suministré azúcar y después de un tiempo y diversos controles, se estabilizó. Aquí la diabetes es un problema muy extendido. Cuando regresé después de una intensa mañana, el hombre me dio las gracias y yo ya le dije que ha de visitar un médico.
Para remate de fiesta y de encuentros, diversas personas de los contingentes de la ONU, sobre todo portugueses, han venido a despedirse, porque transcurrido sus seis meses aquí, retornan a casa. Son gente amigable, educada y agradecida. Los españoles nos hemos juntado hoy en torno a la figura del Embajador que ha venido de Camerún para encontrarse con apenas la veintena de la colonia española de aquí. Un rato compartido con compatriotas militares, Ong´s , policías y miembros de la UTM. Estábamos sor Carmen, Hija de la caridad y yo en representación de los cinco misioneros españoles que estamos por aquí.
Ayer noche del domingo de Pentecostés, estuvimos viendo la final de la UEFA en el Sango, un local "chill out" hecho para el personal occidental. Ya han colgado una bandera rusa..... ya sabemos que el negocio no entiende de colores... El caso es que nos contentamos con la victoria de Alcaraz y con ser subcampeones. Un gozo que los campeones sean los portugueses.
Y así ha transcurrido esta semana de visitas, agenda, entradas y salidas de gente que de una u otra forma tienen relación con nosotros, los misioneros. No está mal dedicar aunque sean unos pocos días al año a este menester, aunque parezca en esta ocasión que ha coincidido todo a la vez.
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