Un cambio de programas a cuenta de la actividad pastoral de Ngotto ha hecho que adelantara mi viaje a la misma unos días para encontrarme con los scouts de aquella. Carretera ya conocida hasta Boda, pero aquí el conocimiento dura tan sólo unas horas. Pasas por una carretera que pisaste ayer y ya hay nuevos baches donde no los había y los que ya existían han cambiado su fisonomía también. Circular por aquí es toda una aventura diferente cada día. Me acompañan mis fieles jefes del distrito de M’Baiki, Maximin y Kevin y en Boda recogemos también al jefe del distrito de Boda, Gerry. Me han demostrado durante este tiempo son muy buena gente. Ellos han bautizado el Land Cruiser como “Jimmy”, el nombre del coche que los scouts regalaron a B.P. con motivo de su matrimonio con Olave.
Para llegar a Ngotto, después de 40 kilómetros , enlos que nos ha llovido, encontramos el poblado de Bagoua y a unos pocos kilómetros se encuentra la barcaza de paso de la Lobaye. Quedan apenas uso 10 minutos para que haga su último servicio, puesto que a las 17:30 concluye su trabajo diario. Me apresuro a recorrer esta distancia para llegar a la orilla a la hora, cosa que logramos. La barca acoge unas motos, unos pocos viandantes y por último nuestro todoterreno. El sistema el mismo que para cruzar a Bagandou, en esta ocasión manipulada mediante el esfuerzo humano por dos personas. Durante el trayecto que dura apenas cinco minutos, un hombre con chándal del Real Madrid, se me presenta, saluda y me da la bienvenida a Ngotto. Es el Kota Zo del poblado, el alcalde y a la par su servicio social lo ha compartido con su condición de Yaya catequista. Conoce bien esta población y la parroquia. Me habla de la importancia del anuncio del Evangelio, importante las catequesis, pero sobre todo la vida de cada cristiano. En esta clave, me indica, es importante el gesto que realizamos de venir a conocer esta comunidad y acompañar a los scouts, un tanto abandonados, dice él.
Ngotto me sorprende, distribuida a lo largo de una amplia y recta carretera, la misión queda el lado izquierdo. Nos reciben los padres y un grupillo de jóvenes scouts que me rodean con la curiosidad propia de quien quiere conocer al nuevo capellán, blanco y scout también. Encuentro jovial y festivo que acompañamos con un pequeño refrigerio en un velador al efecto, aprovechando el escaso fresco de la tarde, noche casi ya. Una vez instalados, nos acercamos a casa de las hermanas franciscanas que nos esperan para la cena. Una cena bonita, compartida por padres, hermanas, scouts y los tres inspectores del Instituto Pedagógico que están de visita a las escuelas. El descanso merecido viene mecido por una tormenta lejana que sólo de cuando en cuando se deja ver por el resplandor de sus relámpagos.
La mañana comienza con laudes a las 05:40, eucaristía a las 06:00 y después desayuno. Hoy es día 22 de febrero, Día del Pensamiento Scout, que aquí celebran más que San Jorge. La sesión formativa scout la comenzamos felicitándonos en una amplia y digna sala parroquial, con unos 34 scouts y guías. Tras la formación, los juegos que hemos ido presentando grupo tras grupo y que les han ido calando por su sencillez y diversión. A las 11, reemprendemos viaje de vuelta, cruzamos de nuevo el río y llegamos a Boda, donde saludamos de nuevo a los padres combonianos, nos acercamos a saludar a los scouts que hace una semana conocimos y que hoy están reunidos, que de nuevo nos acogen con gran cordialidad y entusiasmo. Partimos hacia M´Baiki, donde antes de llegar hemos de hacer dos paradas programadas con scouts. Una en Boaka y otra apartarnos a Ndolobo. La primera es multitudinaria y festiva, aglutina a tres capillas y son calculo unos trescientos. Me acogen en medio de un gran circulo y gran entusiasmo con palmas, cánticos y el inconfundible recurso de los tambores y tam-tam. Me piden acerque de regreso a Bokoko a los lobatos cosa que hacemos. Muchos de ellos no serían ni candidatos por edad a nuestros castores. Los hay pequeños, pequeños de verdad. Al lado de la base MINUSCA de los ruandeses, nos aprtamos a la derecha por un camino que nos enlaza a la carretera de Ndolobo.
Ya en ruta, recogemos a un grupo de scouts de las iglesias reformadas que van a pasar la jornada a nuestro destino. Al llegar a la Iglesia, les dirijo unas palabras, haciéndonos caer en la cuenta de que quizá muchas cosas nos separan, pero hemos hecho valer una que nos une: ¡ser scouts! Irrumpen en aplausos, nos haceos foto de hermandad y enseguida se ponen en modo formación y comienzan, a paso conjunto a adentrarse en el interior de la población por su mercado. Tras estar con los Scouts y Guías, retomamos camino de vuelta ya a M’Baiki.. De noche ya, los focos del coche iluminan a dos viandantes en el mismo sentido que nosotros. Me dicen son el pastor de una iglesia que vive en Bombolet y su acompañante. Bombolet es el primer barrio de M´Baiki. Me detengo, les invito a subir. Agradecidos responden al gesto y apenas unos 11 kilómetros más tarde, los dejo en su barrio. En el mercado descienden mis fieles jefes scouts y llego a casa, donde con José Antonio, hacemos de la cena lugar de encuentro y de compartir experiencias de estas últimas horas. En mi caso, también hoy, es la única comida, después del madrugador desayuno en Ngotto. Ducha y descanso de una jornada feliz de este día 22, vivido con tangos gestos y tan diversos, siempre en modo scout.