martes, 12 de noviembre de 2024

FINI LEGE

Como si de una señal inequívoca se tratase de que el progreso llega a estas tierras, la carretera que comunica M’Baïki con la frontera del Congo y que pasa por M’bata y Mongoumba, se abre paso de la mano de empresas chinas. Grandes máquinas acuchillan lo que hasta ahora era el infame camino lleno de heridas. Gran numero de trabajadores del lugar que por tener indumentaria tienen un casco y una chaleco reflectante, se afanan en las tareas resultantes de la tala y desbrozado del curso diseñado para la carretera. Camiones de  obra que van y vienen trayendo y llevando grandes cargas de tierra con las que nivelar el trayecto. En medio de toda esta vertiginosa actividad, mecida al ritmo de quien porta en sus manos una banderola verde y otra roja que agita según la circunstancia indicando así si se puede pasar o no, los niños y animales que expectantes y curiosos unos y despistados y confusos los otros, deambulan por todos lados. Ciertamente el ritmo de trabajo es incesante, estando en litigio los adagios de “trabajar como un chino” y “trabajar como un negro”, evidenciando que si el primero se atiene a verdad, el segundo aún está por comprobar. Baste para esto segundo un pequeño dato de mis reflexiones. En año y medio que llevo aquí, inmerso en constantes obras en la misión, aún es el día que nadie ha venido a solicitarme trabajo mediante el que pueda vivir y sustentar a los suyos…

El trayecto, en medio de árboles y foresta necesariamente arrasada, está jalonado por casas cuyo final está preconizado por una marca visible de pintura en sus muros con una X. Además de los movimientos de tierras, también está caracterizado por la tala de palmeras que permanecen tumbadas allí donde estuvieron plantadas hasta hace nada. De ellas y tras este horizontal reposo, obtendrán su preciada y ruda bebida alcohólica de la “kangoya”. Y es que ante lo inevitable, se han adelantado para darle anticipado cumplimiento que les permita disfrutar de lo que de otra manera no podrían hacer, dado que necesitan reposo los troncos para exudar la savia de la fiesta.La obra avanza y de terminarse, cosa que habrá que esperar a ver, resultará una amplia ruta que serpenteará la selva con un ancho de 25 metros. La velocidad se convertirá en un aliado peligroso para motoristas y vehículos que confiados buscarán hacer los trayectos en el menor tiempo posible, recuperando con ello la lentitud impuesta durante mucho tiempo por su estado precedente, del que se olvidarán en seguida.

Las máquinas han ido haciendo su trabajo, hasta un primer nivelado de un auténtico punto crítico a la altura de Boyoba. Unos trescientos metros fatales donde las paredes de barro envolvían a los vehículos haciendo que muchos de ellos quedaran varados en medio de la trampa de bodón. Al menos ya se puede pasar sin más complicaciones que las propias de un camino más de esta zona.

Acabo de tener conocimiento de la tragedia de agua y barro que ha asolado Valencia. Asusta ver las dimensiones de la catástrofe en sus aspectos humano y material. Escandaliza lo relativo al comportamiento de autoridades y políticos. El pueblo parece que ha reaccionado ante el abandono con la violencia verbal y física. A un desastre se suma otro de carácter convivial y social. Hablo con mi sobrina Patricia que, asustada como nunca la he visto, me relata lo vivido en esa tarde y el horror del que ha sido testigo y que milagrosamente ha podido sortear. Ante tanto no queda otra desde aquí que rezar y colaborar con la aportación que desde el IEME haremos todos los curas misioneros. Para unos y para otros se presenta el mismo horizonte de camino nuevo,  en sango fini lege.


viernes, 8 de noviembre de 2024

EL DOCTOR AMIGO

Hay quien llega a tu vida en la última hora, a pesar de que sabías de su existencia desde hacía tiempo, su nombre y cuatro generalidades más de su vida. El paso de conocido a amigo es un tránsito que a menudo viene dado por las circunstancias. Así me ha sucedido con el Dr. Diego, quien de serlo así primeramente ha devenido a ser sencillamente José Miguel. Desde hace muchos años era un rostro muy identificado a la obra científica de la Caja Rural de Zamora, y todo lo que ella gestionaba en torno a la salud y el saber de la medicina. Y es que José Miguel también era un sabio que había ido como pionero en su tiempo por numerosos lugares del mundo cultivándose y haciendo crecer en derredor suyo. Más allá de un rostro afable, agradable de trato, de profundas convicciones cristianas y de entraña intelectual, más allá de esto, apenas sabia más de él.

Como en tantas páginas del Evangelio, la ocasión llegó a nuestras vidas en un momento preciso y se produjo el encuentro. También como en tantas ocasiones de la vida de Jesús, mediada a través de un sincero amigo de ambos. El caso es que entré de puntillas en su vida en un momento delicado, el final de la vida de su querida esposa, Conchita. El acceso a este entorno vino primeramente de la mano de la ciencia. El Foro universitario que yo animaba en torno a la ciencia y la fe, las personalidades que en él colaboraban y sus aportaciones, la figura de Teilhard de Chardin,…. fueron los primeros compases de una amigable melodía que hoy ha escrito su nota final con su partida de entre nosotros. Todos estos temas despertaron el interés por conocernos más y mejor y a pesar de los escasos momentos en los que estuvimos juntos, la profundidad, la admiración y el cariño fueron aumentado de forma mutua. Los diálogos  con Conchita fueron intensos al punto de confiarme eso que no hacemos con cualquiera: los anhelos de su interioridad. Ella se iba y dejaba por un tiempo aquí a José Miguel, hasta que Dios quisiera y eso ha sido en la madrugada de hoy. Ese niño bueno y sabio que ella definía, hoy nos ha dejado y presentía yo así era cuando esta misma mañana celebraba en M'Bata la eucaristía  de las 06:00 y la ofrecía por él, sin saber con certeza de su estado. Providencialmente me han comunicado que esa fue precisamente la hora de su exitus. Dios sabe sugerir.

Estos pocos años que hemos estado entrañablemente cerca, he visto que al igual que hizo Conchita conmigo, él fue ganando mi confianza y sobre todo el afecto de su amistad. La misión en Centroafricana  le fascinaba al punto que en mis conversaciones telefónicas con él y en mi tiempo de vacaciones siempre era objeto de su atención: la etnia pigmea, la evangelización que se realiza en estas tierras pobres, olvidadas y abandonadas como ninguna, la presencia de la Iglesia, las personas de los misioneros, … todo era objeto de su preocupación y compromiso. Verle feliz y satisfecho junto a su buen amigo José, disfrutando de una mesa dispuesta en casa de la familia de ese rincón  luso afable, rodeados de una amplia naturaleza, han sido momentos donde ha palpitado, creo, muy especialmente su corazón de niño bueno y sabio, que admiraba el libro de la naturaleza como obra escrita por Dios para que leyéndola nosotros lleguemos a Él.

En todo momento, como buen médico que era, preocupado siempre por los demás, era capaz de remover Roma con Santiago hasta buscar la mejor ayuda y más adecuada que precisaba aquél que le habías confiado a un diagnóstico o a un tratamiento. Este generoso interés lo ejercía también hacia sí mismo, siendo consciente de su propio estado y alcance. Hace apenas una semana, así me lo decía por teléfono.

El caso es que José Miguel ya está con Conchita y de la mano del buen Dios, objeto de su actividad y complacencia. Para mí es duro despedir a distancia a los que me son cercanos y que inexorablemente nos va dejando. Él seguirá inspirándonos el hacer de Dios en torno nuestro, esto es, el ejercicio de la caridad como preámbulo del anuncio creíble de la buena noticia, algo que desde su encuentro con San Juan Pablo II había transformado sus corazones, sus vidas y sus sueños más allá incluso de sí mismos y de su paso entre nosotros. 

Sólo puedo dar gracias por que el conocimiento de Conchita y de José Miguel me ha llevado a una experiencia de amistad profunda, sincera y entrañable, al punto de ser él mismo ahora, quizá una parábola vital de lo que es en definitiva la fe: pasar del conocimiento a la experiencia que transforma y da sentido a nuestros pasos. En él se ha cumplido también lo que fueran postreros anhelos de Agustin, Ireneo, Anselmo, Galileo, Teilhard…. y de tantos buscadores de Dios: ”nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti” . Ya hoy, José Miguel ha dejado el tiempo y las inquietudes para abrazarse a la eternidad y al descanso. ¡Gracias Doctor, gracias amigo!.

lunes, 4 de noviembre de 2024

LOS POBRES NUESTROS SEÑORES

La verdad que ha sido una semana frenética. Trabajos en M’bata, viaje a Bangui y Consejo Parroquial, aderezado con la solemnidad de Todos los Santos y la conmemoración de los fieles difuntos… no ha quedado mucho tiempo como para sentarse y compartir unas letras, como es  puntual y costumbre. Imagino que encuentre la disculpa de quienes os acercáis a estas crónicas y que por cierto hoy ya pasamos un ciento largo de veintemil lectores.

El muro ya está terminado, por fin, y ahora sólo queda  la embocadura de la puerta y darle a todo él la terminación horizontal que recorra todo su perímetro y lo proteja, especialmente de la lluvia. El viaje a Bangui estaba  motivado por la compra de diversos elementos que ya nos son necesarios para ir terminando y preparando la siguiente obra, que será la rehabilitación total de la casa de los chavales aka que tenemos escolarizados y el arreglo de una cocina cuyo uso siempre está al servicio de todos los acontecimientos y reuniones que concitan aquí a diversos colectivos durante el curso. 

Un viaje tedioso en el que el divertimento principal  ha sido ir esquivando el deteriorado camino, ahora lleno de agua. El precio que hay que pagar para ir a Bangui es alto. Apenas 120 kilómetros en los que empleé cuatro horas y media para ir y a cinco para regresar al día siguiente. Como aquí se aprovecha toda ocasión, el obispo me pidió pudiera traer a una persona aka que meses atrás había sido operado, dándole con ello una nueva oportunidad sobre este suelo. Contacté con él y quedé que al día siguiente a las 08:00 lo recogía en la emblemática parroquia de Fátima. Es una pena, pero es así, que para comprar una miserable crema para los dientes haya que pasar por este calvario de viaje. No digamos ya si lo que precisamos son cosas más elaboradas como unas grapas, unos sobres o papel higiénico. Para todo hay que programar y realizar este cansino periplo. Bangui, ruidosa, sucia, populosa y llena de imprevistos por todos lados…

Aproveché a comprar todo en el PK5 y después disfrutar de u merecido encuentro con Pepe, quien ya tiene la primera fase del proyecto casi realizado Me dice que nota las diferencia entre Angola y esto… yo ya  lo advertí también al poco de estar  aquí. Por goleada, aquí hay más miseria, en todas sus variantes, física, moral, estructural y humana. Compartir su sentido del humor es bálsamo para tanta penuria que nos circunda y antídoto para el desaliento.

No podía salir tan bien la jornada de regreso como la anterior. Eran las 9:30 y estábamos saliendo de Bangui, porque la persona en cuestión, estaba a la hora y lugar indicados, sí, pero como siempre hay una parte del iceberg que no vemos. Tocó ir a recoger a su mujer e hija (siempre es así cuando te dicen si le puedes llevar, y aparecen otras personas y enseres que va en el tándem). Me cuesta acostumbrarme todavía a estas actitudes. Así, haciendo un recorrido penoso por unas calles y ambientes que prefiero no describir ahora, llegamos a una “casa” donde esperaban ellas y un gran equipaje. Todo al punto excepto la medicación que la dejaría olvidada y habrá que volver a por ella con motivo de otra visita a la Nínive  del Oubangui. Al pasar por la capilla de Bokanga, celebramos la eucaristía de clausura del mes de octubre, mes del rosario, con la Legión de María. Celebración y ambiente muy cordiales y animados. Al llegar a M'bata dejé a la familia e su misma casa y compartí con ellos una buena parte del ofertorio de Bokanga con el pretexto de poder celebrar bien el retorno al hogar y con salud.

Los días siguientes estuvieron marcados por la liturgia de los primeros días de noviembre. El día del Consejo parroquial, nuevo ya, formado por 40 personas, (más de cien es lo que me encontré y resultaba inviable), nos ocupó seis horas, sólo interrumpidas por un suspiro de quince minutos. Hemos organizado el Grupo de Jóvenes, así como las comisiones de Justicia y paz y Laudato si, inexistentes hasta ahora. Además hemos apuntado algún que otro asunto de calado. 

Por fin, de nuevo, domingo y en Mokinda la Eucaristía como siempre muy sencilla y participada y sentida. La pobreza del lugar o fue inconveniente para que en el ofertorio hubiera una calabaza, dos pequeños manojos de plátanos y una pastilla de jabón. La tarde la dediqué a descansar y poner en claro algunas de las experiencias vividas, donde sobre todo destaca el señorío de los pobres y así lo que podría ser considerado como abuso de confianza, es sobre todo prueba para nuestra paciencia y ejercicio noble de la caridad. 

domingo, 27 de octubre de 2024

TENGO QUE SUBIR AL ÁRBOL, TENGO QUE..........

Una vez recibido y asentado Pepe entre nosotros, el regreso a la misión es de nuevo inmersión en la realidad. Él se afanará en estas semanas en Maison Comboni para que tengan electricidad a través de placas solares y eviten así la incomoda y frecuente situación de los cortes prolongados en el fluido de la red. Estar dentro del barrio presidencial de Bangui no le priva de esta situación, consecuencia de un endeble tramado de red eléctrica, por otra parte, la única existente en el país. Ha hecho buenas migas con el ecónomo, Everaldo y además tiene la suerte de contar con Gabriel, un misionero mexicano llegado  una semana antes que él. 

Aquí las cosas son un poco diferentes. Seguimos cerrando la concesión con el muro que parece una obra interminable. Ya llegamos a la embocadura de la puerta. De hecho hemos tenido que cortar las raíces de un tocón, memoria de un gran árbol desparecido hace décadas y sobre el cual erigiremos una cruz que permita identificar el lugar. Además hemos instalado un lavabo en la terraza de abajo para facilitar el lavado de manos y evitar entrar a la cocina, costumbre habitual hasta la fecha. A Frank, el jardinero, le he enseñado a manejar las dos máquinas que compré para aquí, una desbrozadora y una motosierra. Con la primera está haciendo una buena labor en el jardín. Con la segunda ha sido mano de santo para eliminar las raíces del árbol de la entrada. Ya le he explicado cómo funcionan y el cuidado que ha de tener con ellas, al igual que sólo será él quien las manipule y utilice. Poco a poco la misión se va modernizando en medios.

El sábado, los Scouts y las Guías de la parroquia salieron a hacer picknick y me acerqué a compartir con ellos un ratito. Llegué en el momento adecuado en el que iban a empezar con ejercicios físicos de destreza. Uno de los mayores, con una liana enrollada a la cintura y el machete entre los dientes, comenzó a trepar hábilmente por un tronco recto hasta una altura de unos 6-7 metros. Encaramado entre las ramas ató bien la liana y según bajaba fue limpiando de ramas el tronco hasta llegar a poner de nuevo sus pies sobre la esponjosa alfombra del lugar, un claro de la selva a nos 5 kms de casa. Comenzaron las rondas para subir por la liana a pulso, sin ayudarse de pies ni tronco. Hubo de todo. Algún que otro intento fallidos de apenas salto de salida, algunas tímidas brazadas de ascensión y la mayoría, con una asombrosa agilidad, ellos y ellas, subieron hasta diferentes y ya considerables alturas. 

Un fuego, a cuyo abrigo se templaban las pieles de los tambores para la fiesta ulterior y el regreso sonoro a casa, era aprovechado por unas Guías para calentar a gua en una gran marmita y elaborar en otra el consabido, único e insulso alimento nacional que les mantiene cada día en pie: el gosso. A golpe de vuelta y vuelta de aquella masa blanca, se fue esponjando e iban apartando en bolas que indicaban las raciones, que tras la proeza física les alimentaría y seguro sabría a gloria, si es que tiene algún sabor.

La noche estuvo caracterizada por el seguimiento de la retransmisión en radio del clásico de la Liga de fútbol española, que aquí levanta pasión. El resultado hizo que no pocos jóvenes se acercaran a la misión esta mañana a misa y tras la celebración se me acercaran a transmitirme, con una pícara sonrisa, sus condolencias a propósito de la derrota merengue. Aquí son “legión” lo seguidores culés. Tuve que sacar pecho y corresponder diciendo que, “para saber ganar hay que primero saber perder”. 

Hoy he podido tristemente saber que Israel ha atacado Irán. De igual modo he disfrutado con la alocución de Serrat en los Premios Princesa de Asturias. Así va pasando por aquí la vida, poco a poco,....


sábado, 19 de octubre de 2024

INVITADOS AL BANQUETE

Mt 22,9       DOMUND 2024

Jo! Qué ilusión cuando alguien nos invita a algo. Nos sentimos contentos cuando alguien nos tiene en cuenta, nos valora y nos acerca a su vida. ¡Sobre todo cuando es inesperada esa invitación, cuando ni por asomo pensábamos ser destinatarios de ese generoso regalo de hacernos partícipes, pues por ejemplo, de una celebración familiar. 

Esta es la historia, la parábola de Jesús, con la que Él nos explica cómo es el Reino de los cielos. Éste es una fiesta de amor, sólo comparable, un poco por aproximación, con una boda y no cualquier boda, si no una boda real. Y resultó que……. ya lo conocemos. Los primeros invitados resultaron desagradecidos, ingratos y declinaron el detalle o se afanaron en otra cosa. El rey les invitó a la fiesta, al ocio, y ellos se dedicaron, un día más, como otro cualquiera, al negocio. Y por eso el Rey envió a buscar a aquellos que nunca pensaron ser objeto de dicha mención. Y así, saliendo a los caminos, el banquete se llenó de transeúntes, sin papeles, peregrinos, africanos, refugiados, asiáticos, emigrantes, sudamericanos, olvidados.. todos a los que les pilló la invitación, precisamente no en su casa, si no en camino. Los había malos y buenos. Esta invitación universal no es sinónimo de “todo vale”, conocemos también el final que me ahorro en esta ocasión.

La sorpresa del Rey ante la indiferencia de los primeros invitados. Fue mayúscula. Su persistencia le llevó a no claudicar en su empeño de fiesta y ello le hizo ser una vez más creativo, tanto que, se convirtió en asombro y acogida por parte de quienes nunca soñaron con ser invitados a nada, y ¡menos por el rey!. 

Así es un poco, hoy también nuestro mundo. Europeos, bautizados, herederos, ¡vaya, los de siempre! que como tratamos tanto con el rey, nos hemos acostumbrado demasiado a Él, al punto de pasar también de Él y de su fiesta. Un mundo en el que los pobres y sencillos se descubren de nuevo como los predilectos para disfrutar de ese ocio y velada en torno a, nada más y menos, que una mesa, un banquete. No se trata de un club selecto o un lobby, si no de una familia en la que “todos” se descubren como invitados. 

Una sugerente parábola con una gran cantidad de posibilidades. Hay que leerla y comprenderla en plural, en clave de fiesta, sin exclusiones, en la que unos invitan a otros.  Así es la misión en el seno de la comunidad cristiana. Todos somos urgidos y enviados a salir e invitar. Convidar a muchos al banquete, la mesa compartida que, como si de un espejo se tratase, nos muestra con claridad Quién y Cómo es el Rey y quienes los convocados y reunidos. Hemos de salir de la apatía, del interés y dejarnos llenar el plato con la alegría y la gratuidad. Los misioneros somos esos enviados que invitamos por los caminos del amplio mundo a todos los que nunca pensaron estar un día sentados a la mesa del Rey. 

El Domund es siempre esa bendición e invitación a ese banquete, esa gran mesa` fiesta de amor que se llena de nuevo de invitados. Este año el lema cobra vida propia porque quien escribe ha invitado a este banquete a Pepe, amigo y hermano del alma, que ha aceptado la invitación y se ha sentado a esta mesa para compartir quien es y sabe hacer para mejorar las condiciones de vida de estas gentes.

martes, 15 de octubre de 2024

TRES CARACOLES

Han sido días de mucho trabajo compartido. Si la semana pasada fue el Consejo pastoral diocesano, ésta ha sido la Asamblea diocesana, la que nos ha hecho trabajar durante cuatro días completos a unas setenta personas de toda la geografía diocesana. Tras la jornada dedicada a las diferentes comisiones (delegaciones) nos hemos centrado en el triple Jubileo que celebraremos en 2025. El primero con toda la Iglesia como peregrinos de esperanza. El segundo para celebrar los ciento treinta años de evangelización de este país, al conmemorar la llegada de los primeros misioneros espiritanos. El tercero el centenario de la construcción por éstos de la iglesia de Sta Juana de Arco en M’baïki y que desde hace veintinueve es la catedral, al erigirse entonces la diócesis. Todos los programas están llenos de celebraciones. El lema escogido para este último recoge la idea de bendición y misión: Lobaye bendecida: ¡Anuncia el Evangelio!.

El sábado me regresé con los “yaya kota” de cada uno de los sectores de mi parroquia y para evitar el barro y poder llevarlos a sus respectivos poblados, rodee haciéndome unos 90 kilómetros en tres horas, sorteando charcos enormes y circundando roderas infames. A Mathïas y Anasthase con sus tres niños y sus equipajes los recogí en Mokinda. Cenamos a la española y pernoctaron en la misión. Seguro que para Tarsice, el pequeño, será inolvidable porque ha sido la primera vez que ha visto y degustado…. un yogurt.

La mañana del domingo estuvo marcada por el inicio de curso pastoral en la diócesis y en M´bata, donde animé a todos a caminar en comunión sintiéndonos bendecidos y enviados. En el contexto de la misa esta familia recibió en la segunda colecta, la ayuda de los cristianos para la experiencia de formación de catequistas de cuatro meses a la que se iniciarán hoy por la tarde. Es hermoso ver cómo gente pobre en verdad colaboran con la parroquia en la colecta (19650 Fcfa = 30€) y después tienen voluntad para hacerlo para el sostenimiento de los catequistas con unos 40€ y numerosos productos, tales como leña para la cocina, mandioca, calabazas, bananas, setas, pollos, aceite…..

Tras la celebración salimos para Banghi-Bouchia donde nos esperaban Yves y Juli con su pequeño, que se irán de catequistas misioneros a una zona de la diócesis necesitada especialmente de evangelización. Bonito el que antes de salir, su madre le bendijera y me pidiera hacer una oración improvisada, en medio de las cabañas y rodeado de multitud de personas, vecinos, familia, fieles….. Cargado todo, nuestra penúltima estación era Bokanga donde Bernard, Yamile y sus tres niños, nos esperaban para lo mismo, esto es,  confiar al coche sus pertenecías y dádivas y dirigirnos a M’Baïki para comenzar su período de formación. El equipaje de todos, básicamente el mismo. Unos colchones de espuma enrollados, enseres de cocina en hatillos, unos bolsos de ropa y un poco de todo… al punto que en el coche parecía no caber nada. Los jóvenes que estaban allí ayudando, cortaron seis mástiles de bambú y los colocaron en los laterales de la pick up a modo de las teleras de los remolques de nuestros tractores y mediante cuerdas, trenzaron una malla que sujetaba la abultada carga. En la cabina del coche viajábamos siete adultos y seis niños, no me digáis cómo… El viaje lo realice despacio en verdad, con cuatro horas, para evitar disgustos, llegando a M’baïki ya entrada la oscuridad de la noche. Descargaron todo, se alojaron en sus casitas y en ellas acogieron esa noche a Yves y familia hasta las cinco de la mañana, hora en la que partieron hacia su destino, viaje que les llevaría unas doce horas.

Estas experiencias de hoy te permiten pensar acerca de cómo es la vida de estas gentes y cómo su fe. Su vida es pobre y ligera en el sentido que apenas tienen nada y esa nada la enrollan y les acompaña donde vayan a reclinar la cabeza. De igual modo su fe, sencilla, generosa y comprometida. Sus esfuerzos lo evidencian. Y todo ello con la calma por la que circula por aquí la savia… la tranquilidad de quien sabe que la vida en sí es un milagro frágil y un modo de apurarlo es acariciarlo poco a poco. Vidas a cuestas y con tiento. 

sábado, 12 de octubre de 2024

AVE MARIA

 ¿Qué es un  Ave Maria? Para muchos en su  memoria sonora permanece, seguro, la somnolienta sordina de los rosarios rezados en retahíla en muchas de nuestras iglesias al punto que parecían no tener nunca fin y que llenaban el espacio con una cansina atmósfera de atomatismos oracionales. A modo de un mantra  que se abre paso entre bostezos y miradas atentas a los que pasa en derredor…. Recuerdo que, con buen sentido pedagógico, nuestros mayores estimaban suficiente para nosotros como niños, el que rezáramos “tres partes”, pero eso sí, bien rezadas. Seguro la finalidad era que sirviera como buena iniciación a esta secular oración mariana.  

El pasado día 7 fui testigo de otra forma de hacer las mismas cosas. En el internado parroquial de santa Mónica, las casi 160 niñas internas de todas las edades, se concitaron en torno a una gruta pétrea pintada de azul y blanco que cobijaba una imagen de la Virgen adornada con una frágil velita y una tímida y solitaria flor. La imagen, vestida su escayola torpemente con los mismos colores inmaculado y cielo, era el centro de todas las miradas. Esta escenografía, para muchos quizá un tanto kitsch, abrigaba la  oración de siempre pero rezada hoy por espíritus jóvenes. El silencio y la devoción reflejaban un mismo sentir, especial hoy, en este día mariano de inicios del mes de octubre.

María, muy querida también por estas latitudes, es rodeada del cariño de sus vidas que la reconocen con lo más grande que también tienen y valoran: su maternidad. Rezadas espontáneamente por ellas,  cada Ave María era sentida, acariciada por todos y cada uno de los que participábamos, como algo distinto y nuevo a la vez, algo vivamente existencial. Niñas, adolescentes y jóvenes con experiencias y anhelos diferentes unían cada una de ellas, como si de las cuentas de un gran rosario se tratara, de tal modo que la monotonía aparente del conjunto, quedaba superada por la irrupción de una voz, un tono y una musicalidad  que diferían de lo acostumbrado y conocido. Me hicieron disfrutar todas y cada una de las oraciones porque percibía en ellas algo singular y sincero, sencillo ejercicio de comunión y diversidad en torno a la Madre.

Alejados de ristras de oraciones repetidas incesantemente y distantes de plegarias vacías, estas chicas todas ellas presentaban sus vidas, pasados, presentes y futuros a quien mejor creen lo pueden hacer con la esperanza de constatar también que Dios está al tanto de ellas.

Acostumbradas a sus normas, me prepararon  una silla distanciada  a modo de presidencia, silla que tomé y recoloque a un lado, tomando asiento entre ellas como uno más y tomando entre mis manos un rosario muy querido por mí, traído de Wadowice, bendecido allí y que me acompañó en la JMJ de Cracovia. Después sería utilizado mucho por mi madre. 

Así con estos signos y estos hechos, pasó el día del rosario y así lo viví, con muchos ecos personales de la que fuera mi última etapa antes de la misión, vivida en Toro. Allí hoy  aquella comunidad dominicana ensancha velas al unirse valientemente a ellas la comunidad de Mayorga como un signo eficaz de este tiempo de calma chicha en nuestra Iglesia. Allí me llevaba el recuerdo de aquella imagen hermosa y preciosamente vestida de la virgen del Rosario de Simón Gavilán y Tomé en la parroquia de la Trinidad.  Una imagen cuyo niño travieso es, sin duda, el niño Jesús mas bonito que conozco por su naturalidad  y expresión real de creíble infante, alejado de toda impronta que vaticine su adultez, a la que nos tienen por lo común acostumbrados estas estampas. Un niño que en alegría y recién estrenada vitalidad quizá encarnaba entonces lo que hoy se ha vivido en Toro y lo que yo he vivido entre estas jóvenes del internado. 

FINI LEGE

Como si de una señal inequívoca se tratase de que el progreso llega a estas tierras, la carretera que comunica M’Baïki con la frontera del C...