Domingo feliz. Hoy he vuelto a la moto para evitar un gran rodeo en kilómetros, con el empleo de tiempo correspondiente. He visitado la capilla que me quedaba por conocer: Boussimba. Una capillita digna y extremadamente limpia, dedicada a un santo africano del que, confieso, no se nada todavía S. José Mukassa. Los niños los protagonistas, que en número enorme parecen haber sentido el latido de que hoy celebramos la infancia diocesana. Me voy dando cuenta de la razón de esta limpieza que llama la atención especialmente en el suelo batido: es una comunidad muy viva.
Tras la celebración de la eucaristía, paseo breve por el kodoro y visita a Cyprianne, una mamá que está enferma y ha solicitado la comunión. Una casa amplia que de una estancia grande se abren tres puertas (cortinas). Ella tendida sobre una esterilla en el suelo y la familia alrededor. Esta incorporada y sus manos acogen un inconfundible rosario misionero de colores. Espera al Señor en la eucaristía. Me siento a su altura y hablamos un poquito. Ha estado en el médico a cuenta de sus articulaciones que ahora le impiden caminar. Le hablo sobre el sentido cristiano de la enfermedad y percibo que mis palabras son para ella medicina agradecida. Rezamos al final poniendo a María, que afrontó tanto dolor, como mediadora y le doy la comunión, que recibe con gran fervor. Le imparto la bendición y le digo que mi próxima visita a esta capilla, el día de miércoles de ceniza, me gustaría estuviera ya en la iglesia. Al salir un montón de gente espera para saludarme. Me encamino a la iglesia y damos comienzo al consejo pastoral del sector. La parroquia tiene cuatro sectores. Ya he convocado dos: Bouchia y Molangué.
Les propongo escucharles y que me describan sus capillas desde sus fortalezas y también debilidades. Son entre todos como unos 20. En todas ha salido de un modo u otro el tema del edificio o ellugar de la celebración. La preocupación del responsable de Molangue I (S. Antonio de Padua) es que muchos cristianos en este tiempo, se han pasado a otras iglesias por ello. Es como “pasar de Guatemala a…..”, ¡pero bueno!. Le animo a que no se preocupe en demasía por ello, si uno sigue a Jesús en virtud de lo bello o no del templo…… ya es una buena radiografía de cómo es su fe. Le insto a preocuparse por los que se mantienen a pesar de todo y a, cuando tengamos iglesia nueva, poner atención en los retornos. Salen más problemas y escucho y anoto. Al final una palabra de gratitud por su trabajo y les comento algo al respecto de lo que han ido sugiriendo, entre otras destaco mi intención de simplificar el funcionamiento, porque son un poco víctimas de ese exceso de burocracia organizativa para al final no hacer nada. Nos encomendamos a María en nuestro trabajo pastoral actual y por venir. Mientras recojo ellos, ya fuera hablan en corrillos.
Es el momento en el que acojo a los scouts del sector y completo con ellos el proceso de registro comenzado por todos y que ya va dando sus frutos, grupo a grupo, hoy con ellos.
En el ratito del compartir después algo de comer, el responsable me dice del éxito de la convocatoria y que están muy contentos. En el transcurso del refrigerio, se acerca uno de los que han participado en el Consejo y me transmite, delante de todos, el sentimiento compartido por todos de gratitud por el Consejo de hoy, (nunca habían celebrado uno), y sobre todo por la confianza, cercanía y ánimos generados.
De regreso, me encuentro por el camino a los jóvenes de Safa, que con las equipaciones blancas que les facilité, hoy venían a jugar su primer partido contra Molangué. Me alegró verlos también, contentos y organizados por el guardián de la parroquia de allí que, también parece haber despertado él de su letargo de ánimo. Muchas ratos, caída ya la noche estuve sentado de conversación con él. Si al terminar la jornada de domingo ves un precioso partido, como el del Madrid-Barcelona y todavía más si gana el Madrid. Puedo bien decir que es un día feliz, un domingo propio .... del tiempo ordinario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario