13 de Agosto, día de fasto nacional. 63 años desde que en 1960 este país soñó con conducirse por sí mismo. Un deseo muy noble y digno cuya consecución quizá diste aún de haberse logrado en la actualidad. Aunque la cosa empezó un 1 de diciembre de 1958. Dos años tuvo en lista de espera la metrópoli gala a esta Ubangui-Chari a la que esquilmó colonialmente con contratos a sociedades comerciales (SAFA;SCAD;..). Años en el que la injerencia ha sido constante y escandalosa hasta hoy. Un territorio tan grande como la propia Francia, entre un inmenso Chad al norte y un vasto Congo al sur.
B. Boganda, primer sacerdote nativo, es también el padre de la patria. Desde 1960 ostenta este título en la, desde entonces, República Centroafricana, nombre nada original y que a menudo lleva a confusión. Cuando dices que estás en Centroafricana, muchos te siguen preguntando, “ya, pero ¿en qué país?”.
Como todo mito fundacional, se necesita algo que le permita perpetuarse en la memoria gloriosa y atemporal de un colectivo. RCA lo encontró con la muerte de Boganda en un extraño accidente aéreo (1959), aún bajo tutela colonial. Y como en un manual de historia, los dos ministros del malogrado, entraron en pugna. A. Goumba y D. Dacko lucharon por un poder único que, como siempre también, acabó alcanzando sólo uno de ellos. Será el segundo, gracias al apoyo de la ladina Francia, quien establecerá un régimen de partido único desde 1962. Y como también siempre ocurre hasta en los cuentos, un allegado del presidente, le arrebatará el poder. Será B. Bokassa, quien comenzará una dictadura en 1965 , en la que él será coronado emperador al mejor estilo napoleonico, a falta sólo de haberlo hecho inmortal el propio Delacroix.
Y como también siempre ha sucedido en la historia, quien le apoyó, le acaba a la postre derrocando mediante golpe de estado. Se repone a Dacko y poco después, por el mismo medio será depuesto por A. Kolingba en 1981. Tiempos duros de junta militar, imposición de constitución, boicots y violaciones de derechos humanos. En 1992 el régimen acepta la tutela de la ONU y se convocan elecciones democráticas a celebrarse un año después, en 1993. Resultó elegido uno de los opositores, F. Patassé a quien en 2003 derrocará a su vez su jefe de estado mayor, F. Bozizé, imponiendo su nueva constitución. De 2003 a 2013, proliferan numerosos grupos políticos, cuyo denominador común, será el que más allá de los idearios, todos son grupos armados.
En 2013, la primera ola horrible de guerra civil sume al país en un caos mayor que el de Ruanda, del que el mundo no ha tenido apenas conocimiento. Ingobernables mandatarios se suceden e incluso se simúltanean. En 2014 de modo transitorio y por intervención también de la ONU, será una mujer presidenta: C. Samba-Panza. Años de segunda y más terrible aún ola bélica y en 2016 resulta elegido el actual presidente F. Touadéra. Tiempo en el que grupos militares de todo tipo campan a sus anchas, a pesar de una ingente presencia de cascos azules y de diversos acuerdos de paz (2013.2017). El collage del caos de este rico país se ha visto incrementado con tropas rúandesas y mercenarios rusos, a quienes no podemos ni mirar y aún menos fotografiar. Unos y otros están bajo pretexto de contener a la pléyade de milicias. Francia abandonó la escena en 2017, dejando a un lado el principio de “nobleza exige” que quizá no tienen a gala la diplomacia de los de “la grandeur”. Y en medio de todo esto, la población civil, que ni sabe ni quiere entender esta breve, convulsa (al estilo de la de sus vecinos) y nefasta historia que hoy está mandado “fêter”. Quizá para ellos celebración, es hacer hoy lo mismo de ayer e idéntico de mañana: sobrevivir.
Tras las fuerzas de naturaleza haciendo acto de presencia con "una gran tormenta", hoy nos sorprendes con otra situación, no menos tormentosa, la de la política. ¡Dios salve a RCA! . La situación no parece tener buenas perspectivas.
ResponderEliminarGracias por el repaso a la historia de un País del que ahora eres su miembro; cuídate.
Un abrazo
Tristemente, nada diferente de otras de África. La metrópoli que explota, la metrópoli que se resiste a ir, la metrópoli que se queda escaramuzada en una opción política y controla los vaivenes del país, la metrópoli que sigue sacando ganancia y la metrópoli que abandona cuando las cosas ya se ponen de un modo irreversible, aunque seguirá omnipresente desde el punto de vista económico..... África no despegará hasta que lo haga por sí misma de verdad. Así tristemente ha sido, es y ójala no sea más en el futuro. Un abrazo. Chus
EliminarMadre mía...tiene tela lo que políticamente hay allí. Y dices que peor que Ruanda, con lo cual no puedo ni imaginarmelo. Y nos quejamos aquí..En fin, una tierra explotada por todos. Pobres gentes.Es horroroso. Gracias por darnos una perspectiva tan elocuente del problema. Un abrazo. Manoli. Cuídate.
ResponderEliminarLa verdad que lo peor es el silencio internacional, la invisibilidad mundial a la que le impone. Amabas cosas dan pie a la impunidad política y al abuso que mantiene la pobreza y miseria de las gentes. Una pena y en la que todos tenemos algo de parte. hay que quejarse, independientemente de donde uno está, cuando las cosas no son lo que debieran. Ahí por lo menos alguien te escucha. aquí por no haber no hay ni eco que te repita al menos tu lamento. Un abrazote y cuidaros tb
ResponderEliminar