Mientras en Paris, estas noches se habla de "tormenta", aquí sí que la ha habido desde la madrugada hasta media mañana, pero tormenta de verdad, esto es: agua en abundancia (103 lts), truenos que cabalgan por un cielo matizado de grises y siniestras sombras y una pléyade de rayos que fotografían frenéticamente el mismo en su totalidad y a cada instante, como si de una pasarela de celebridades de la naturaleza se tratara. El caso es que hoy es un día especial, al margen de la propia naturaleza y sus ritmos, hoy se pone fin a mi primer contacto con esta realidad y el comienzo de una inmersión, ya en serio, en la lengua y la cultura del pais. Hoy viajamos a Safa, para mi aprendizaje de la lengua étnica. Y es que, el tiempo pasa sin pedir permiso.
Aquí aterrizamos un 11 de Junio, ¿recordáis?. Digo aterrizamos porque lo hice con el que será mi obispo también durante estos años: Mons. Ruíz Molina. Un burgalés, comboniano, bregado ya en la misión anteriormente en el Chad. Más tarde lo fue como párroco aquí en MBaïki y después como obispo auxiliar de otro comboniano, Mons. Aguirre, en la diócesis de Bangassou. De allí sería nombrado titular de esta sede hace poco más de tres años. El caso es que el día de ese aterrizaje que acabo de referir era Corpus Christi. Lo celebramos en Bangui con toda solemnidad y sencillez. Estas semanas he estado en la parroquia-catedral Sta. Juana de Arco, con José Antonio Arroyo, el que será mi compañero. Sacerdote diocesano de Burgos, es miembro también del IEME, con experiencia primero en su diócesis, después en el Togo y desde hace algo más de un año, aquí.
Estas semanas me han permitido conocer la diócesis en las personas de sus agentes pastorales, puesto que tuvo lugar durante tres días, la asamblea diocesana. Ello me permitió ponerle rostro a las parroquias, en sus sacerdotes, religiosos/as y laicos con cargo en tareas pastorales. M'Baïki es una diócesis aproximadamente del tamaño de Galicia y está atendida, a través de 3 decanatos por 9 parroquias que a su vez atienden diverso número de capillas de las poblaciones extendidas en sus respectivos territorios. En este humus eclesial trabajan 11 sacerdotes y unas pocas congregaciones religiosas masculinas y femeninas. Son pequeñas comunidades que realizan tareas pastorales, sanitarias o educativas. También hay un grupo de sacerdotes polacos (3), "fidei donum", nosotros del IEME (2) y unos pocos laicos polacos y combonianos. La diócesis se caracteriza por su vitalidad, animación e implicación del pueblo fiel, en la que los catequistas, como siempre ocurre por tierras de misión, tienen un peso específico impagable.
Hoy tras este contacto necesario, y sin ninguna incidencia, gracias a Dios, a cuenta del agua, las comidas, el clima o los mosquitos... comienza de veras mi incursión en esta tierra y estas gentes. Estaré hasta Navidad en Safa, una parroquia (Sagrado Corazón) a 30 kms de M´Baïki. Viviré en fraternidad con dos sacerdotes jóvenes centroafricanos: Hervé y Evrad. Hay también allí una comunidad de Hijas de la Caridad. Mi misión: aprender Sango e integrarme en esta sociedad y cultura. Así que, animado, mañana empieza un poco más en serio esta empresa. El obispo y José Antonio se quedarán allí hasta el domingo para después de la celebración de la Eucaristía y de haberme presentado, regresarse, puesto que llega un contingente de médicos españoles. Me abro, por tanto, a la experiencia de la empatía evangélica como preámbulo de todo. Será un tiempo de gracia en el que habré de estar atento a todo, especialmente a lo pequeño, a la brisa, como Elías.
De otra parte, esta mañana al comunicar el nacimiento de este blog a tantos amigos, he recibido inmediatamente la gratitud y felicitación por la iniciativa, que no ha sido tanto mía, en serio, (soy totalmente novel en esto), cuanto de todos vosotros. Los pormenores del viaje (que ya anticipo complicado), y de las primeras impresiones, serán el tema de la próxima entrada. ¡Feliz fin de semana!
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