domingo, 16 de febrero de 2025

ENTIENDES LO QUE LEES?

Felipe hizo esta pregunta a aquél hombre inquieto de Candaces que en camino leía (en alto) la Escritura (Act 8,30-35). La Biblia nos dicen que está traducida  de forma completa a 756 idiomas. El Nuevo Testamento en 1726 lenguas. La Biblia en fragmentos de uno y otro Testamento en 1274. Todo esto hace que haya acceso a la Escritura en 3526 lenguas y de esta forma pueda ser leída en 173 paises del mundo. África es mosaico de etnias y por extensión una Babel de lenguas y dialectos. En África conviven más de 2000 lenguas y dialectos que bien del Bantú o del Swahili hacen posible el mutuo entendimiento de estas gentes, amén de las lenguas coloniales. Aquí á Iglesia Católica sólo cuenta con una antigua traducción del Kozo Buku, el Antiguo Testamento, que hicieran y editaran misioneros italianos en la década de los '70 y el Fini Buki, el Nuevo Testamento hecho y editado por Carmelitas aquí. Una edición de este último que resulta a veces un tanto difícil y hasta incomprensible. Una edición agotada y en espera de muchas cosas, entre ellas del acuerdo unánime de los obispos de aquí a este respecto. Hoy toca hablar un poco de ello a propósito de una visita que he realizado, esta semana y de la cual tenía verdadero interés, porque un biblista nace y se hace.

Las instituciones en cuestión son ACATBA y SIL, La primera es la Asociación Centrafricana para la Traducción de la Biblia y Alfabetización. La segunda es el Servicio Internacional de Lenguas. Ambas realidades nacieron en 1993 en el seno de una alianza hecha por las Iglesias Reformadas en las que está presente también la Iglesia Católica como invitada. Preocupada no sólo por el acceso de cualquier gente a la Biblia en su propia lengua si no y sobre todo por su comprensión, utilizan una metodología de traducción activa y dinámica. Llego al lugar. Una concesión que linda con las instalaciones del cuartel de la MINUSCA (ONU) en la Avenida Boganda. Una entrada un tanto discreta y bastante difícil a cuenta del estado infame de la calle, que más parece superficie lunar que otra cosa, a cuenta de los cráteres. Como de costumbre, un toque de claxon alerta al vigilante de dentro que hay que abrir la puerta. Dentro un patio de reducidas dimensiones articula diversas dependencias. En medio, un panel donde ya se indica el estado de traducción en un amplio catálogo de lenguas y dialectos, articula el espacio a modo de rotonda. Estaciono el coche al lado de otros en cuyas puertas aparece ya también su identidad y su servicio: Wycliffe Global Alliance. Un hombre blanco de gran estatura, pálido, rubio y de tímido bigote se acerca para recibirme. Es Jan, un neerlandés que me va a acompañar durante toda la mañana. Simpático y hablador, comienza a hablarme en francés y sin darse cuenta cambia de registro al inglés de forma espontánea para volver al francés en la siguiente conversación y así una y otra vez de forma inconsciente. Esto de ser poliglota debe ser efecto del lugar.  Ambos nos entendemos bien y respeto sus registros también en mis preguntas y diálogo.

Tras una explicación sobre el origen de la institución, pide permiso a un equipo de traductores que están trabajando ahora mismo en el lugar sobre diversos dialectos de aquí. Paso a la sala donde trabajan con sus ordenadores en sinopsis y con paratexto. Francés-Sango y en medio van aportando lo concerniente al dialecto Bofi, que se habla en Ngotto y Boda. Una vez elaborada la traducción, ese texto lo ponen en funcionamiento y en contacto directo con las comunidades. Esperan a su vuelta analizar lo que la gente ha entendido, las sugerencias, y valoran si era lo que se pretendía o no, el sentido original. Es cierto que al ser una lengua viva, el sango y a la vez muy pobre, a menudo algún pasaje de la edición del Fini Buki, el Nuevo Testamento que utilizamos, no entienden lo que se les ha proclamado, ni siquiera lo que ellos mismos han leído. Una ventaja que encuentro a esta metodología es precisamente esto, la preocupación por la cierta comprensión del texto bíblico.  Les pregunto por la fidelidad a los originales hebreo, arameo y griego. Me contestan que una vez hechas las propuestas populares de traducción, eso lo deciden ya en Europa, ellos sólo traducen, ensayan y proponen la versión que más y mejor se ha comprendido entre  el pueblo. 

Les he comprado dos Biblias en sango, donde he podido percibir con claridad este principio metodológico  ejemplificado en el comienzo del libro de los Hechos (Act 1,1-2). Mientras una versión, publicada en 2019  titula el libro Awatokua, lo inicia así: " Ita Théophile! Na ya ti kozo buku ti mbi, mbi tene tënë ti aye so kwe  Jésus asara nga na aye so lo fa, ngbene ye na tongo nda ni ngbii asi na lango so a mu lo na yayu". La otra edición publicada en 2023 titula el libro como Koussala ti Abanzenguele y comienza diciendo:      " Na kodjo mbèti ti mbi, O Théophile, mbi sala tène ti yé koué so Jésus acommencé ti sala na tène kouè so Lo commencé ti fa na ajo juska la´ni so A kamata Lo na ndouzou". A poco que sepamos al respecto nos damos cuenta que son diferentes maneras de escribir para contar lo mismo. En esta última incluso, se perciben las frecuentes incursiones del francés para ayudar lo que en sango no podría ser o sería confuso, un recurso muy utilizado en el uso  diario de esta lengua. En el fondo... ¿Qué modificación hay del sentido? Aparentemente ninguno. El hecho de que sean textos ensayados con las audiencias, les permiten evaluar y corregir para mejor comprender su sentido genuino.

Nadar nadar, para llegar a la misma orilla... ¿No era así un poco en el Judaismo del segundo templo, la época de Jesús? No había una convivencia de textos cuyas variantes evidenciaban una lengua viva y dinámica, un lenguaje no fijado y en proceso de formación. Esta es una de las conclusiones a las que llegamos tras el estudio de los manuscritos de Qumrán. La riqueza de versiones y variantes que se iban abriendo paso  en el panorama textual bíblico era el preámbulo a una fijación del texto, a una estandarización de unas lecturas sobre otras con la pretensión de ser oficiales. La naturaleza del texto bíblico siempre ha sido así, plural y dinámico, esa es una razón por la que conservamos como canónicos los evangelios sinópticos. Mira por cuanto la vista de hoy es toda una lección de hermenéutica bíblica. La visita termina saludando a la directora de SIL, Elizabeth, una norteamericana que gentilmente nos ha ofrecido lo que son y tienen para que todo el mundo pueda tener acceso a la Biblia, un buen gesto para un trabajo ecuménico. Convencido estoy de que es muy difícil evangelizar sin los evangelios, precisamente nacieron para esto. Recuerdo bien, más en esta ocasión, a mis amigos y hermanos de Verbo Divino en este su empeño bíblico y misionero tan importante y de impagable aportación. Quizá sea este asunto, el acceso a la Biblia en sus lenguas, también uno de los elementos de éxito del proselitismo evangélico frente al estatismo católico. Para entender lo que uno lee, primero ha de haber un texto ¿no?, pero si no lo hay.... Como Felipe mientras, habremos de seguir estando pegados a la caravana.

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