lunes, 24 de junio de 2024

VURU

 Pasar lista de los catecúmenos se convirtió para ella en un pequeño infierno. Ségolène Idriss, respondió el día de la preparación inmediata de su bautismo, a su nombre, también a la fecha de su nacimiento y los datos de su padre. Al llegar a lo correspondiente de su madre, se paró y cabizbaja guardó silencio. Al volverle a preguntar sobre ello, su rostro alegre de joven enmudeció y unas densas lágrimas brotaron de sus grandes y oscuros ojos, recorriendo rápidamente sus mejillas hasta destrozarse en el suelo. Nunca pensé lo duro que se puede hacer para alguien algo tan elemental como esto. El grupo permanecía expectante y silente, atento a mi reacción.. Me levanté, le limpié con mis manos los dos regueros que afeaban su tez y la tome por el hombro sentándola a mi lado. Le pregunté sobre su padrino. Al terminar la comprobación de sus datos, la estreché con un abrazo de cariño y confianza que me correspondió cuando al oído me dijo que había nacido en Bangui y que era refugiada de la guerra. A su mamá no la conoció ni supo nada ella. Vive bajo la adopción de una buena mujer que cuida de ella. Ahora era yo el que tras un escalofrío que me recorrió todo el cuerpo, esta confesión me vidrió realmente mis ojos. Se levantó de mi lado y volvió a su sitio. Hoy me miraba como nadie durante la celebración de su bautismo. Estaba muy guapa con su recogido a modo de coletas y todo ello adornado con diminutas flores. Al final de la ceremonia en medio del barullo de la gente, me buscó y me dio un abrazo, como el que damos los hijos a los padres.  Así lo sentí yo al menos. 

Refugiada, huida en medio del terror de una guerra dislocada y loca como todas o como ninguna quizá. Un enfrentamiento fraticida como el de Hutus y Tutsis de Rwanda, pero aquí siendo más pobres que ninguno, no tuvieron ni cancha mediática  que posibilitara atraer la atención de nadie. Selekas, Antibalakas,…,  grupos y facciones que se mataban mutuamente sin saber muy bien el porqué y que sin saberlo estaban ya muertos, pero de miedo. Era éste el percutor, el gatillo, la granada. Resultó demasiado fácil decir milicias musulmanas y cristianas, una frívola taxonomía de la sinrazón, la torpeza, el interés de un mundo al que le gusta simplificar a riesgo de confundirse, como lo fue en este caso también. 

Y tenía que ser hoy, el Día Internacional de Refugiado, cuando yo tenía que vivir esto y a partir de un simple e inocente listado de candidatos al bautismo y a la eucaristía, porque aquí los celebran unidos. Así se produjo el drama de una ausencia, el dolor de un recuerdo, que de haberlo sabido, yo hubiera evitado.  Casi 120 millones de personas viven esta situación en el mundo hoy y casi la mitad de ellos son menores. Un horror que contemplamos en cifras y nos olvidamos que cada uno de ellos es una vida concreta, precisa, singular, como la de cada uno de nosotros, como la de Ségolène.

La celebración fue muy bonita y participada, muy festiva, como son ellos. Se mueven como nadie a ritmos increíbles que rompen y enlazan con sus contrapuntos de modo que no hay edad, pequeños, mayores, jóvenes, todos, todos bailan y expresan con su cuerpo que Dios es la causa de su alegría. El ofertorio es un momento de fiesta sin igual donde a la ofrenda de productos de la tierra y animales, le sigue la colecta económica. Todo el mundo sale al pasillo para depositar su aportación y se hace al ritmo alegre que permita distender la seriedad y el rictus de la liturgia romana.. La danza, elemento ancestral en esta poblaciones, es aquí expresión, como lo fue siempre, de la acción de lo sagrado, del trato y cercanía con lo divino. Expresión de un ser que todo él vibra al compas de lo eterno y poderoso que se ha aproximado a sus vidas. Visto sin esta sensibilidad, parecería un estridente gesto, un dislocado modo de expresar lo desproporcionado, lo que no se puede si no sólo atisbar.

Y así discurren estos sacramentos, bautismo y eucaristía, celebrados con emoción y entusiasmo, donde el traje blanco (vuru) resplandeciente que lucen ellos sombrero a juego, se corresponde con el de ellas y sus tocados florales. Días de alegría que les abren a la gran aventura de la vida cristiana. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

FINI LEGE

Como si de una señal inequívoca se tratase de que el progreso llega a estas tierras, la carretera que comunica M’Baïki con la frontera del C...