viernes, 28 de julio de 2023

MUNDJU

 No viene en los diccionarios. Dicen que es la expresión escrita a lo que verbalmente les sonaba que los colonos decían, esto es: “Bonjour”. De ahí que sea un término vulgar y coloquial para el “hombre blanco”. No es despectivo, pero lo dice todo, tanto que salvaban al misionero europeo añadiendo un determinativo, para ellos el mejor: “mundju ti Nzapa”, el hombre blanco de Dios, para diferenciarlo del colono. Así dijo a los demás asombrado, al verme, aquél pequeño en el mercado de Scad y ayer lo hizo otro en Loko. Probablemente por estas latitudes sea yo el único blanco y desde luego, seguro, el primer caucásico que ven muchos, entre ellos estos niños.



Ir a Loko ha sido, también, toda una experiencia. Pasamos por dos aldeas que me quedaban también por conocer, Wale-Wale I y II. Llegamos hasta el río Lobaye y una gran canoa, hecha toda ella de una pieza de un árbol, nos esperaba. Dejamos la moto en la orilla y dos niños formaban la tripulación de la embarcación, que aquí llaman “ngö”. La destreza es grande, a modo de nuestras albuferas valencianas, la conducción y orientación es por impulso desde el fondo, mediante un mástil que ejecuta con maestría, moviéndose él mismo a modo de cremallera por un amplio espacio del interior de la barca. Todo un arte que el pequeño domina a la perfección. El Lobaye es ancho y en este tramo tranquilo, su quietud es mucho mayor que la de Kokombet. Ya en la otra orilla, la gente tan amable y cercana como paciente con mis balbuceos en sango. Nos regalan cacahuetes, algo aquí fundamental y que forma parte de la exigua dieta local. 

El camino, ya de mañana está especialmente concurrido por hombres de todas las edades pertrechados de sus “nzè-nzè”, lo que en Angola eran “facas”. Mango de madera y una hoja ancha. Las hay mordidas, sin corte, afiladas a la piedra, con lima de hierro, filos mellados,… todo el mundo tiene una, que entre otros usos, utilizan para desbrozar y limpiar los caminos, tarea en la que encuentro a esta docena de personas. El valor de lo comunitario y la responsabilidad personal de cada uno sobre ello es grande en estas sociedades. Tienen claro el binomio de que todos usan los caminos, luego, todos los limpian. Un palo largo les sirve de guía del corte, con el que van haciendo claros para sus certeros golpes, casi a ras de suelo. Esos mismos palos les sirven para ir apartando lo sesgado y de igual modo para prevenirse ante sorpresas nada agradables como “angbo”, las serpientes.  

Así, poco a poco, este hombre blanco va conociendo caminos, poblaciones, gentes, costumbres. Así, “petit à petit”, el pensamiento y la lengua van dándose la mano. Así, “yeke yeke”, esta cultura va impregnando mi alma, que quiere ser, vivir, compartir y comunicar con ellos la segunda parte (Nzapa) y, que quizá sea la única honra aquí de mi desacreditada condición de “mundju”.

2 comentarios:

  1. Cuánto estamos aprendiendo con tus comentarios ocasionales sobre RCA.
    Sin duda significan para nosotros un agradecimiento a Dios, por todo lo que tenemos y disfrutamos, y a demás una admiración de esa gente que es capaz de compartir lo poco que tiene.
    Gracias, Jesús.
    Un abrazo.

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  2. No faltas a tu cita! qué bueno!, me alegro que te estimules con este recurso de misión, en el que habrá ocasión de hablar más de Dios, seguro, ahora.... ojos abiertos. Un abrazo fuerte

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