sábado, 31 de mayo de 2025

TIENES UNA CARTA

 Recuerdo con cariño una película de hace años "Tienes un email" y también una canción de unos años antes de Tam Tam Go, que en "Atrapados en la Red" dedicaban a la @ donde entre otras cosas se decía que "abriré un archivo en mi corazón". Hace unos días recibí en mi teléfono un enlace a una carta que me escribían unos alumnos de religión de un Instituto de Zamora. Una carta llena de inquietudes y preguntas rubricadas por sus firmas. Leída, dediqué un tiempo para responderles, y creo puede ser buena ocasión reproducirla para esta entrada de hoy en el blog.

Queridos amigos, comienzo agradeciéndoos a todos vosotros, a Félix vuestro profe de reli y a todo vuestro Instituto, que conozco bien, el detalle de acordaros de los misioneros, en este caso de mí, y hacernos llegar vuestras inquietudes y preguntas que paso a intentar responder.

Como Ginevra, Ana Belén, Alba y Rosy, yo también tengo un nombre. Mis padres me pusieron hace 55 años el nombre de Jesús. Soy el más pequeño de cuatro hermanos, todos chicos y soy de Zamora. Nací en la calle Sta. Teresa, muy cerca de vuestro Insti. Hice durante unos años diversas experiencias misioneras en Angola, cuando era como Félix profe de reli en la Universidad. Cada año en verano íbamos un grupo de alumnos a conocer y ayudar en la medida de las posibilidades a los misioneros del Verbo Divino y a las Hijas de la Caridad que allí trabajan. Así conocimos Luanda, Lobito, Lubango, Quipungo y Sendi. Experiencias inolvidables y que sembraron en mí el deseo de dedicarme un tiempo a la misión. Ahora estoy desde 2023 en República Centroafricana. ¡Imagino que tengáis que buscar en un mapa dónde está! Jjjjj porque apenas nadie la conoce. Es un país tan grande como España y Portugal juntas y está entre el 3-4 puesto de los países más pobres de la tierra. Hay en todo el país una gasolinera en la capital. Y sólo hay luz y agua en algunas zonas de la capital también. Luz y agua que están más tiempo cortadas que en servicio. Aquí tenemos muy implantada la energía solar. ¡No tuvimos vuestro apagón, porque aquí estamos de apagón contínuo! La energía dura lo que duran las baterías. Es un país que ha estado en guerra abierta hasta 2021, ahora hay mucha tensión y aquí está el destacamento más grande del mundo de soldados de la ONU, los cascos azules (Más de 30.000 !!!!). Es un país rico en recursos naturales y el segundo pulmón de la humanidad. Después de la Amazonia estamos nosotros, la cuenca del Oubangui. No hay hospitales como ahí y sólo el 30% de los niños van a la escuela……. Imaginaos también qué escuela. Hay entre 80 y 100 por clase………  para un solo maestro no muy bien formado.

Siempre me ha gustado viajar y conozco muchos países, sí. Qué duda cabe que los viajes se los paga uno de su bolsillo. Ya cuando venía a Angola con mis alumnos, cada uno se pagaba su viaje, las actividades que organizábamos no eran para pagar los billetes de avión, si no para emplearlos en los programas de desarrollo que tenían misioneros y misioneras. Queridas Silvia, Yanira, Angélica y Sheila, amo lo que hago, disfruto con lo que vivo y también sufro con ello. Me duelen las cosas cuando no salen bien y me alegro y soy feliz cuando se realizan conforme lo que se espera. Vivo mi vida como una vocación, eso es, donde no hay horarios ni límites. Os he de confesar que la recompensa que uno adquiere tanto en los logros como en los fracasos…… es increíble. Descubres que la gente te quiere y tú les quieres también, y te alegras con ellos y luchas con ellos y lloras con ellos. Ellos forman parte de ti y tú de ellos. 

Normalmente la gente es generosa y dona para ayudar a que la vida pueda ser mejor para esta gente. Hoy por hoy lo más eficaz es donar en dinero, porque permite un cambio siempre beneficioso y muy multiplicado aquí. Pablo, Samuel, Adrián, Hugo, Antony Daniel y Hugo, pensad que aquí la gente vive con menos de un euro al día y que el salario mínimo aquí son unos 45€/ mes. Comparadlo con lo que gastáis cada día en vuestros chuches o cosas del insti, comparadlo con el salario mínimo en España…… Si aquí llegan por ejemplo 100,00€ hay que multiplicarlo por 655 y son 65.500 Fcfa, la moneda de aquí, ¡más de lo que cobran al mes dos trabajadores! La gente contacta con nosotros directamente y nos piden los números de cuenta y envían dinero, también lo hacen a través de ONG’s como Manos Unidas, Cáritas o Delegaciones de Misiones. Nosotros aquí ya adquirimos lo necesarios para llevar adelante esos proyectos. Después justificamos las obras. Ayudar te hace sentir bien, claro que sí, a veces también te hace enfadar por muchas cosas que has de vencer, también por parte de ellos que a menudo se acostumbran a que les des todo hecho y no se esfuerzan lo que debieran. 

La vida de un misionero es muy normal. Está integrada por la vida de oración. Es muy importante, chicos, la vida interior, el trato con Jesús, su palabra, los sacramentos. Nadie puede dar lo que no tiene y es importante hacerlo bien, tener cargadas las pilas, porque si no nos convertimos sólo en charlatanes. Después visitas poblados, enfermos, ancianos, juegas con los niños. Te dedicas a hablar con el catequista, que aquí es una persona muy importante. Imaginaos que sólo mi parroquia es casi la mitad de la provincia de Zamora. Tengo a la capilla más distante tanta distancia como de Zamora a Valladolid. Vamos en todo terreno, porque no hay carreteras, sólo caminos. Aquí hay dos épocas. Dos estaciones, la seca y la de lluvias. La seca es de diciembre a abril y la de lluvias de mayo a noviembre. Los caminos se ponen imposibles de barro y agua y has de poner el 4x4. Más de una vez quedas en el barro y te tienen que venir a ayudar las gentes de los poblados. Hacer 80 kms te lleva 8 horas dando saltos y saltos, has de ir con mucha precaución. Llegas a los poblados te acogen, te dan cobijo y alimento los días que estás entre ellos y después te regresas a la misión donde te has de reponer y descansar un poco de viajes, dormir en el suelo, calores y a veces … la malaria. Yo ya la he pasado dos veces. 

Soy misionero desde siempre, primero lo fui en Zamora en los pueblos, en la capital, en Toro, durante 25 años. Todos somos misioneros, ¡vosotros también!, ser misionero es vivir al estilo de Jesús, para los demás. Y como os decía antes, me siento muy bien porque vivo mi vida como una vocación, una entrega. Guillermo, Zaira, Pablo y Albert, no se te olvidan las personas a las que ayudas, desde la primera a la última. Fue un chico, un pigmeo que le ayudé a que estudiara una Formación Profesional con los salesianos y pronto pondremos su taller en el poblado. La última ha sido una chica de vuestra edad, Grâce, hace apenas un mes. Ha sido operada de sus pies, porque desde pequeña vivía y se movía gateando…….. Cuando el otro día me mandó un video con sus primeros pasos de pie…… me emocioné mucho y di gracias a Dios por haber estado en el lugar adecuado en el momento oportuno. Si accedéis a mi blog le pondréis cara a los "milagros" y también esas páginas oscuras que tiene la misión. A lo mejor lo podéis leer alguna vez en clase.

La vida de un misionero no es una vida de éxitos. Es verdad que los hay, pero también hay momentos que no lo son. La vida del misionero es una vida de servicio, de entrega. Una vida de discípulo de Jesús. Hay momentos de todo tipo, pero no piensas tanto en “hacer” cuanto en “estar”, ser uno de ellos. Valoran mucho que dejando “nuestro mundo” de comodidad, hayamos venido a compartir la vida con ellos, a decirles que nos están solos, y sobre todo, que no están olvidados de Dios, sino que son sus preferidos, por eso les hace entrega de lo mejor a pesar de tanta dificultad. 

Soy misionero porque así lo descubrí en mi corazón después de muchos años dedicado a serlo también de otro modo ahí entre vosotros. Soy misionero porque la Iglesia Diocesana ha acogido mi propuesta y haciéndola suya (vuestra también), me ha enviado. Mi objetivo es descubrir ahora aquí la voluntad de Dios y ¿sabéis? Hubo un santo que dijo que la voluntad de Dios es que los hombres vivan. Hay que hacer posible la vida, la vida de verdad, la vida digna, en todos los rincones de la creación, por eso Jesús envió a sus amigos “hasta los confines del mundo”, para hacer posible la vida. Esta tarea es un regalo, no es sólo fruto del esfuerzo. Y lo que me motiva es que… me siento amado de Dios, lleno de Jesús, fortalecido por su Espíritu. ¡Es verdad que Él está siempre con nosotros, con cada uno, conmigo, con vosotros, con todos!. 

Evan, Álvaro, Daniel, Álvaro, Iker y José Antonio, cumplir, cumplir…. esto no se cumple nunca! Se van haciendo logros, vas creando responsabilidades, que cada quien sea protagonista de su vida y su historia, abierta a Dios y a los demás. Es una labor muy lenta y poco a poco y el único que podrá hacerla madurar, como un fruto, será el mismo Dios, que actúa en los corazones de cada cual de un modo particular y les orienta siempre al bien. La fe es muy importante. Si no crees en lo que haces, en lo que dices, en quién eres, ¿en Quién te envía……? La fe es el corazón de la vida una vida que si no es compartida y vivida con intensidad…. No es vida auténtica, no es fe auténtica.

Jo! ¡Vaya pregunta buena! Ya sois un poco mayores y os dais cuenta de que la vida es una escuela que nos enseña en todas las ocasiones, las buenas y las menos buenas, a ser personas en verdad. Aquí aprendes a vivir con lo indispensable, a valorar todo, todo. La misión te enseña desde el corazón de Dios. Aprendes a mirar de modo distinto a tu alrededor y al otro. Te enseña a estar cerca, con palabras o en silencio, pero a estar ahí. Aprendes a no creerte salvador, ni poderoso, si no sólo instrumento del amor de Dios. Te enseña a tener el corazón amplio en el que caben ahora todos, los que has dejado en tu tierra y parecen estar lejos y también los que empiezan a formar parte de tu familia aquí y ahora en este rincón del mundo, olvidado y que habéis tenido que buscar en un mapa, pero que es real. Esta tierra del sueño de Dios, un sueño de vida, justicia y fraternidad y para todos.

Chicos/as, os agradezco mucho vuestra carta que me ha hecho sentarme un poco y así también descansar un poco. Preguntas seguro que quedan muchas y respuestas más aún. Sólo os animo a que viváis ahí vuestro ser misioneros, valorando todo lo que tenéis para crecer como el Insti, la Parroquia, los amigos, … Agradeced cada gesto de amor en vuestras casas. Y nunca os olvidéis que Jesús confía en cada uno de vosotros para hacer de este mundo ese hogar común que habréis de construir y dejar mejor de lo que lo habéis recibido.

Na ti be Afrika, singila mingi ala kwe, nga tufa ti Nzapa  na ti ala nga sewa ti ala!*

Desde el corazón de África, muchas gracias a todos y que Dios os bendiga y bendiga a vuestras familias!

*En sango que es la lengua bantú común de este país.

Amaboko be oko ti Bwa Chus! Abrazos del Padre Chus!

Recuerdos a vuestro profes y a todo el  “MariMoli”, en especial a Félix.


miércoles, 28 de mayo de 2025

EVANGELIO DE CADA DÍA

Estos meses, allí en primavera, aquí despiertan el instinto. Gallos cantarines hasta la saciedad. Gallinas acosadas por doquier a la par que con sus cantos preconizan la puesta en sitios inverosímiles en verdad. De los cabritos ya no hablo porque bufidos y gemidos son la música que ponen a sus carreras con la pretensión de acorralar a las cabras. Ayer me sentí todo un héroe al salvar a una joven cabra que ha sido mamá hace sólo unos unos meses, de volver a comenzar de nuevo el ciclo de la vida. Atamos al macho y él fue muy quien para liberarse destrozando la soga. Los patos están igual. Mamá pato con sus polluelos ha tenido que ser resguardada de papá pato en el gallinero. Observándolos te das cuenta de lo irracional del instinto, al punto de hacerse hasta indeseable. Por contra las hembras han desarrollado diversas habilidades para protegerse. Todo un canto a la naturaleza y a su fuerza arrolladora. Los maíces que hace quince días plantó Michel en la cuneta, apenas cuarenta plantas, ya son más altos que yo. Así es aquí madre naturaleza. Imagino que las gentes de aquí son un poco también el resultado de esta inercia que lo invade todo y donde la razón se abre paso con no poca dificultad en medio de todo este panorama.

Recibo con emoción noticias de Grâce, la niña del viernes santo en Labamba, a quién la cruz ha levantado de su postración. Operada ya de sus dos pies zambos, me envían el video de sus primeros pasos por las paralelas. Su caminar vendado es decidido y firme sostenido por una amplia sonrisa que ilumina sus ojos bonitos llenos de esperanza y de futuro. Una vida rehabilitada por un encuentro milagroso, un encuentro evangélico, como el del ciego de nacimiento, como el del paralítico de la piscina, como el tullido de Cafarnaúm. También podríamos añadir el de la niña de Labamba. Se encontró con Jesús, quien la distinguió entre la multitud como a la hemorroisa. Se fijó en ella. La buscó y visitó en su propia casa, como a Simón y Zaqueo y anunció la salvación de su vida y entorno. Como a la mujer en aquél cruce de caminos le dice que no hay condena alguna, que sólo hay nueva oportunidad, que el pecado no es original, lo que es original es el perdón y la gracia y que hay que aprender a escribir en futuro. Jesús la ha tomado de la mano y la ha puesto en pié frente a Él, la ha mirado y amado al punto de fundirse en sus amplios y claros ojos y ha hecho que su mirada sea aún más profunda, más sincera. Me escribía Sagrario diciendo que nunca olvidará ella ese encuentro lleno de salud y salvación. Seguro que Jesús tampoco la olvidará jamás y será la actualización de todo milagro diario. Me escribía José Luis también diciendo que, sólo por eso le ha merecido la pena a Jesús salir al camino y adentrarse lejos, en el corazón del mundo. Sí, es verdad, Pero este gesto no es si no una pequeña prueba de que cada día hay infinidad de encuentros, de oportunidades de parte de la providencia. Multitud de miradas y gestos que milagrosamente salvan. Y ello pone en relación al que salva con el salvado. Esta es la quintaesencia de la misión, el encuentro, el amor, la salvación. Es Él mismo el que en estas ocasiones nos dice  a nosotros: "¡si quieres, puedes!". Es Él, en la discreción y lo concreto de cada jornada. No hacen falta muchos proyectos, tampoco protagonismos, basta cercanía sincera y una mirada particular.

He de confiaros que estoy feliz, contento de que fruto de la casualidad, incluso podríamos decir como consecuencia de un pecado de envidia y de falso testimonio, Él ha hecho obras grandes. De no haber sido esto... Labamba no podría ni ubicarla en un mapa. Sólo puedo decir que estoy feliz porque se cumple aquello de que cuando el hombre cierra una puerta, Dios siempre abre dos. Estoy feliz. Me dispongo a ir al aeropuerto a recoger a José Antonio, que vuelve después de casi un mes en casa compartiendo con su familia elk acontecimiento de los sesenta años de matrimonio de sus padres. Y en la espera me encontraré con quienes ya me conocen y solicitan de mí ya no llevarme las maletas o cualquier otra cosa, si no sólo que les estreche la mano, les dedique una mirada, una palabra, un comentario de la vida, algo que en definitiva les permita ser reconocidos y valorados. Tengo experiencias muy bonitas en este sentido, aquí, en el PK5, en los grandes supermercados de los libaneses. A veces sólo necesitas para evangelizar eso, pararte, fijarte, mirar, dedicar unas palabras y un gesto que rompa tanta dureza de trato y les rescate del anonimato de ser simplemente uno más a ser alguien que es reconocido por alguien.

La cercanía es esa actitud que manifiesta que de verdad los demás te importan y te hacen parar en medio de tus prisas e intereses. La cercanía consiste, creo, en mirar como Jesús y hacerlo cada día. Esa actitud tan divina y humana que conmueve a tantos voluntarios, por ejemplo en Madrid, que al estilo de san Vicente y de la mano de sor Antonia y otras muchas, se acercan a tantas vidas invisibilizadas por el ritmo de la ciudad. Ellos también escuchan y levantan a fracasados, migrantes, descartados, cansados, enfermos necesitados simplemente de ser mirados, ser tenidos en cuenta, ser amados. Que la historia de Grâce les pueda animar a levantarse de nuevo y caminar. Esa es la verdadera clave del Evangelio. Eso es vivir en salida y en misión. 

martes, 20 de mayo de 2025

LEÓN

Hoy una entrada breve. Si Francisco ha sido despedido desde aquí casi en silencio, a juzgar  por las evidencias de grupos sociales de curas y asistencias a los funerales organizados, León XIV ha sido acogido sin grandes halaracas ni muestras de emoción especiales. Ni siquiera he percibido mensajes o actitudes eufóricas por su condición de misionero. Mensajes de educación contenida y, eso sí, alegría por tener Papa, pero.... apenas nada más. Ya he dicho que la sensibilidad eclesial de este continente se quedó anclada con Juan Pablo II. He manifestado en las quinielas que se hacían sobre el candidato a sucesión que "africano......... debía esperar", como así parece ha sido finalmente. He de confiaros que pensé primero que un asiático tomaría las riendas, por eso de ser el continente donde la fe parece crecer sobremanera. Viendo después las fotos del cónclave, me río porque me aplico aquello de "no estás lejos de la voluntad de Dios", en tanto que Prévost estaba entre Tagle y el bueno de Sako. Digamos que mi intuición no estuvo lejos físicamente de lo que después resultó ser esa difícil respuesta entre el Espíritu y las voluntades de los padres purpurados. 


Días de análisis y miradas con lupa a gestos y palabras. Mi admirado y querido José Luis Pinilla S.J. me envió su percepción preliminar publicada, cargada de mucha sensatez, aderezada por la prudencia del que conoce ya las sendas de la vida. Expectativas son muchas y buenas sensaciones también. En este momento que sea norteamericano no es cuestión baladí. Que tenga un recorrido universal tampoco. Que cuente en su haber una dilatada vida de misión, ya es un plus importante. Tengo buena impresión de lo poco que llevamos con él. Su buen hacer en el Dicasterio de Obispos le permite conocer y tomar el pulso a la Iglesia en sus diócesis y pastores. Estos días han sido días de emoción y un poco pegados por demás a la Redes. La ceremonia del pasado domingo, amplia pero sentida, llena de gestos muy elocuentes. Esa mirada emocionada al anillo, ya en su mano. esa mirada confidente al báculo de san Juan Pablo II, esa calidez en los saludos. Todo apunta maneras, buenas maneras, creo. Ha respetado la agenda de Francisco, con Nicea como primera salida y ese abrazo a los cristianos de oriente, en esa su llamada permanente a la unidad. Ahora empezarán también miradas de lupa, con minucias a cuenta de si de nuevo hace  uso de los aposentos pontificios como su residencia o no..... Está en su derecho y ahí, creo, no se debate nada. Francisco fue libre para tomar una decisión, que fue la suya. Él hará lo propio también. El nombre, con clara alusión a la impronta social del mensaje evangélico. Su escudo con esos guiños a su pasado emigrante y de igual modo su impronta agustiniana. De lo primero reza el azul y mi querida flor de lis. De los segundo un corazón sobre unos libros. 

Quienes le conocen dicen que habla poco, pero escucha mucho. Es de carácter observador y detallista. Creo es un papa para estos tiempos en los que la economía amenaza con liderarlo todo y justificar de igual modo incluso hasta la guerra. Esa opción preliminar por la paz y la búsqueda de la dignidad humana sobre todo, son dos aspectos que definen muy bien este tiempo en el que estamos. Su edad presagia un recorrido intenso en el que se pueda ir acariciando los ejes de lo que será su pontificado. Que sea misionero, repito, es algo muy importante porque conoce bien esas latitudes de nuestro mundo y humanidad, que aún están deseando ser tocadas por la gracia. A cada papa hay que aprender a quererlo y ello requiere hacer camino juntos. Nunca he entendido esas posturas, incluso dentro de la Iglesia, de rechazo. Todos aportan algo del conjunto de la Iglesia para que el Evangelio siga resonando en el corazón de la humanidad. Son como retazos diferentes de un mismo y precioso paño. De éste me admira de entrada su temor y temblor  ante lo que le han confiado. Como en su primera alocución manifestó, en todo vencemos si permanecemos juntos.  Damos un paso al frente, con esperanza, guiados por este nuevo pastor de la iglesia universal. No se si en África, que es aceptado, será también secundado. 

martes, 13 de mayo de 2025

TENIENTE DE NAVIO

Cuando el día despunta, me llega la noticia de que Gracia, ha empezado a caminar ayudada por sus muletas. Imagino verla y que no se crea que el milagro haya sido posible y ahora contemple, como todos, que la tierra es para pisarla, andarla, marcarla con nuestras huellas, pero nunca para reptar y arrastrarse dejando tras de sí una estela de fricción a modo de condena y dolor de la existencia. Sus pisadas ahora serán torpes, incluso también difíciles, pero irá ganando firmeza, porque Gracia es fuerte y la sostiene su mamá y la amparan todos sus amigos. Seguro volverá a la escuela, pero de otro modo, transformada, como un día hicieran los magos de oriente, como otro día hicieran también los discípulo de Emaús. Seguro que nunca olvidará que fue un via crucis, el acontecimiento que la redimió de su postración. Gracias a los padres de Grimarí, Abraham y Gladimiro por hacer posible la superación de este calvario.


El día continúa con rostro de mujer. Una teniente recién llegada para su estancia de un año en esta tierra al servicio de todos esos valores que tanto necesita este pueblo y sus gentes. Fue bien precedida y mejor anunciada por otra teniente también con la que no pudimos tener tristemente mucho trato a cuenta de las circunstancias. Ella ya se regresó a su país después de una estancia similar. Ambas comparten nacionalidad ecuatoriana. El caso es que, usando términos militares, "mi teniente", en apenas unos pocos encuentros que hemos tenido, ha superado y con creces lo que sobre su persona anticipó su compañera. Tenía que hacerme entrega de un envío que desde su país le hacían llegar a su compatriota y amigo mío el Padre Gladimiro. Una mujer joven, jovial de espíritu y seria en el ejercicio de su profesión. Sabe quien es, lo que representa y cómo ha de estar en cada circunstancia. Su personalidad cautiva admiración, al menos es la experiencia de mi breve trato con ella. Hemos compartido momentos en su residencia junto con otros compañeros de Argentina, Perú, Honduras, Uruguay, Brasil, Bolivia, Jordania.... Hemos disfrutado también de algún encuentro con los misioneros combonianos. Irá destinada a una base donde convivirá en el contingente con Nepalies, Pakistanies,  Banglasdesíes y Ruandeses. Todo un reto que forjará aún más su médula castrense. Aprovechando sus últimas horas entre nosotros antes de incorporarse, hemos disfrutado de diversos momentos donde las vidas se abren y comparten, a partir de ese humus interior que  nos ganamos a pulso de los otros: la confianza. Ese terreno cuasi sagrado siempre por estrenar, por explorar. 

La verdad sea dicha, acercarse en esta pascua a diversos contingentes me ha hecho descubrir con frescura, ya lo dije con respecto al Burundés de Grimarí, su base humana, acercarte a sus personas como también lo somos cualquiera de nosotros. Ellos visten uniforme y entre los trazos de mimetización destacan los colores de sus tierras y orígenes. Otros vestimos clerygman, pero debajo estamos siempre cada quien. Llenos de ilusiones y cansancios, miedos y logros, con entornos y familias, situaciones particulares y genuinas que así nos tallan también a cada uno. En este caso y con emoción compartió su inmediato proyecto, más importante incluso que el profesional,  el vital de contraer matrimonio dentro de unos meses. Hombres y mujeres de carne, hueso y espíritu que también se juegan todo por los demás y todo de igual modo por aquello que debe garantizar una sana vida común. Hace apenas unas semanas fueron de nuevo objeto de emboscadas con el fatal resultado de alguna muerte.


Hemos tenido la suerte de irnos conociendo, irnos abriendo a este mundo de Naciones Unidas y acercarnos paso a paso a personas, estrechar manos en despachos, escucharnos y así el mutuo conocimiento ha producido la ayuda pertinente en aquello necesario para trabajar, Sobre todo nos hemos ganado el respeto y admiraciones mutuas por las vocaciones desempeñadas, que aún siendo diferentes, tienen como destinatario final siempre a las personas. 

Pero de esta mujer me quedo con sus horizontes,  en los que intuyo hay tanto de mar como de cielo, esos que la han llevado a través de mares y océanos a trabajar antes en otras misiones en el Sáhara o en Egipto. Toda singladura es una perfecta parábola de la vida que te hace tomar conciencia de tu frágil pero útil presencia en medio de la inmensidad del agua. Partir y dejar atrás patria y familia, para hacerles un hueco en el pasaje y así acompañarte en aguas enfurecidas, tormentas, días de calma chica o noches donde la luna reposa en el manto negro por el que surcas. Aferrarte a una foto, un objeto, un recuerdo, unas letras,... como talismán y sacramento de un amor que es más fuerte que cualquier amenaza y distancia, porque es una vocación, un quehacer.  Y todo ello con la esperanza de tocar un día puerto de destino para después de cumplida la misión, retornar al que un día te despidió, te confió y te ha acompañado de tantos modos, ese que se ha dibujado también en miradas vidriosas, lágrimas del alma. Así imagino sea la vida de un marino, su vida. Todos somos de algún modo grumetes en este periplo que es la vida. Es de agradecer que en alguna ocasión, como la presente y paradójicamente en el interior de este continente, en el corazón del África, en tierras sin mar, nuestros cuadernos de bitácora se llenen de nombres que nos permitan acariciar con compartida intensidad nuestra propia condición.


Hacernos entrega de una insignia, una bandera, una medalla, es en sí hacernos inmerecidamente partícipes de todo lo que cabe en el petate de la vida de una persona. Hacernos llegar el agua a la misión es un modo claro de llenar nuestras vidas de aquello que precisamos para vivir y de igual forma paras ayudar a vivir. a otros. Cuando se tiene el corazón lleno de horizontes,  con ul noble y elevado sentido del deber, como "mi teniente", el navío llegará siempre a buen puerto, porque se ha ganado el respeto de las olas y el reconocimiento de la tripulación.   

viernes, 9 de mayo de 2025

LEVÍ Y LOS DOS CRISTOS

Dicen que estaba sentado en su oficina y que al paso de Jesús, escuchó "Sígueme!" y no se lo pensó, o mejor sí, tanto que al punto se puso en camino tras Él. Esta  escena del Evangelio a la que dio forma, color, sombra y luz magistralmente Caravaggio ha sido su historia y su vida también. De la evaluación de riesgos y finanzas  pasó a firmar un cheque en blanco con su vida y destino. Dejó las seguridades atrás para abrirse al horizonte de la entrega. Deseó ardientemente ser de los suyos, de esos que cuando se uncen a la tarea, no miran atrás. Hijo de su tiempo era un comunicador profundo y diáfano a la vez,  con cierto ADN de jesuita con quienes tanto y bien colaboró. Con una gran convicción en esto que forma parte de nuestras vidas y definimos como digital, como espacio para situar también a Dios. Supo transmitir bien en el aquí y ahora de nuestro mundo y de la Iglesia. El resultado fue siempre, no podía ser de otro modo, un mensaje cautivador y de calidad, creativo y fiel. Empatizaba con su mirada despierta y su sincera y amplia sonrisa. Adoraba a su familia, a sus amigos. Experimentó la sequedad del desierto cuando sus pasos parecían no avanzar hacia el horizonte tan deseado, detenidos por esas nubes bajas que a veces pretenden confundirnos y zancadillean con sus sombras.  Su inquebrantable ánimo actuó y con perseverante paciencia y comprensión llegó a su tan ansiada meta. Tanto la deseó que apenas la ha dejado estrenada en su aún recién iniciada luna de miel sacerdotal. 

¡Javier, Javier ha muerto! me comunicaban el miércoles a primera hora de la tarde mientras era testigo de la entrada de los cardenales en la capilla Sixtina. Creedme que me costó asociar lel anuncio dramático de esa muerte muerte con su persona hasta que descartadas otras opciones me invadió un instante de silencio al venirme a la mente su rostro  y un escalofrío irrumpió en mi interior. Un Javier recién estrenado, parecía imposible fuera él.  Entusiasta, lleno de vida, cordial, cercano, amigo de todos, contento,.... todo ello, ciertamente se apagó en un instante como por efecto de un soplo que detuvo el latido de su joven corazón. Inevitable ha sido, en las horas después, no volver a traer del recuerdo a Valentín. Inevitables las preguntas sin alternativa de consuelo. Inevitables los rostros que a mi mente venían de la gente conocida de las parroquias de Toro, los pueblos y cofradías, gentes en definitiva de esa bendita tierra que lo acogieron igual de bien que un día hicieran conmigo, aceptándonos como suyos. para siempre. Inevitable recorrer la lista de quienes en este tiempo han ido haciendo senda también.  David, Alfonso, Casimiro, José, Antonio, Marcelino, Domingo,.... Una Iglesia en camino que hoy se iniciaba a dar un paso adelante, valiente, tras la marcha de igual modo del Papa Francisco. Inevitable de igual modo no ponerse en la piel de los suyos, su familia y de aquellos que empezaron a serlo también, de un modo especial, los pequeños y jóvenes de la comunidad educativa del Amor de Dios, también las hermanas. 

Todo, todo parecía inevitable y la tristeza y el silencio anidaron en mi interior. Me parecía que ya nada de lo que todo el mundo hoy estaba pendiente, era importante. En el oratorio, lugar de mi refugio en estos momentos, encendí el cirio pascual. En medio de las sombras mis sollozos y oración y una llama que vislumbraba el rostro de un hombre, n esta ocasión con rasgos africanos, más joven aún que Javier, clavado en cruz parecía dar sentido a tanto dolor con sus palabras: "a tus manos encomiendo mi espíritu... Todo se ha cumplido!". Recordaba encuentros, momentos, experiencias, sueños,... y de cómo hacía apenas unos meses este mismo lugar acogía mi oración por él, unido a toda la iglesia diocesana en el momento mismo en que era ordenado sacerdote. Hoy, de igual modo, misteriosamente unido a todos, velaba su vida, mientras un incesante reguero de la noticia se abría paso por las redes. Besé un día sus manos gracias a a quién lo hizo por mí y estuve presente en su despedida también a través de su misma persona. Amaba a la comunidad dominica de Sancti Spiritus, como sugerente ámbito en su comunidad, que le motivaba a hablar a Dios de los hombres y de igual forma hacerlo a los hombres de Dios.

No puedo por menos de dar gracias a Dios por su vida y de igual modo por su súbita muerte. Él ha vivido en intensidad lo que a otros parece nos llevará más tiempo. Su vida ha sido todo un testimonio, como de igual forma lo ha sido su muerte. Al concluir la intensa estancia en oración y apagar el cirio, un generoso hilo de humo ascendió serpenteando el ambiente, y fie la imagen elocuente que me permitió compartir mis primeras palabras, escritas con trémula emoción, sobre él. Un soplo, una luz, unas sombras, un llanto, un silencio. Ahora serás tú quien nos escuches, quien también me escuches. Eres semilla buena sembrada en esta tierra, regada con el cariño de tantos y esperamos, seguro que darás buen fruto. 

Mientras se celebraba tu funeral, la Iglesia universal acogía al sucesor de Pedro en la persona de un misionero. Horizontes amplios para el anuncio y la vida del Evangelio, seguro!, futuro que te gustaría haber surcado aquí pero que lo harás ya del otro lado. Mientras se celebraba tu funeral, me comunicaban que Gracia, la niña de la capilla de Labamba objeto de la precedente entrada de este blog, gracias a aquél encuentro de viernes santo, había sido operada hoy también por el Dr. Onimus. Esta primera intervención será el comienzo para su puesta en pie. Ya no tendrá más que ir a la escuela en brazos de nadie, tampoco mirar a todo el mundo desde el suelo. Entiendo son brotes de vida, de esa Vida a la que tú ya te has incorporado tan prontamente y que nos ha dejado ahora un poco así.... pero que con el tiempo entenderemos su razón y su porqué. 

Me quedo con la gratitud de haberme dejado caminar contigo, de saber que tu paso ha dejado huella de algún modo en todos los que te hemos conocido. Esas huellas que nos acercan más como hermanos y nos orientan con alegría hacia Él. Huellas de gestos como los que realizabas este jueves santo, tu único jueves santo sacerdotal, sirviendo a tus fieles, lavando sus cansancios, acariciando sus heridas y besando sus vidas. Huellas que me quedan en el corazón de tantos paseos, amigos compartidos, veladas en el teologado, mensajes en la misión... Javier aquí todo nos parece aún largo, pero tú ya en eternidad, seguro simplemente nos dices hasta pronto. Sigue mirándonos, sigue sonriéndonos como lo hacías. Tu mirada y sonrisa la vislumbramos en León XIV, en Gracia, en tantos con los que topaste en tu vida, y sobre todo en ese Cristo de Javier, tan comunicador en el silencio de ese castillo interior tan de Jesús y tan misionero a la vez. Quizá de nuevo pronunciara hace dos días tu nombre, que es también el suyo, y escuchándolo lo has seguido, en esta ocasión hasta el nocturno mar adentro. Tus redes, unas y otras, serán también copiosas.

domingo, 4 de mayo de 2025

GRACIA

Hay detalles en la vida cotidiana que pueden pasar inadvertidos. Mimetizados o confundidos con el ambiente pasan desapercibidos. Cuando uno está acostumbrado a estar atento a los márgenes de la vida, lo que ocurre en los bordes del camino cobra su protagonismo y abandona su escondido papel secundario. Así me ha pasado con ella. Tarde de viernes santo en Labamba. Llego de celebrar en la base de MINUSCA con el contingente burundés. Han cantado toda la pasión en kirundi. Preciosas voces masculinas han ido dando tono al drama. Labamba es una capilla populosa y animada a unos tres kilómetros de Grimari. Encuentro a toda la gente en el cruce de la carretera y el camino que conduce hasta la capilla. Un camino estrecho que se abre paso entre árboles, riachuelos, cabañas y que termina en la puerta misma de la capilla. Se disponían a prepararse para los oficios con el vía crucis. Me adelanto con el coche hasta la capilla y me retorno rodeado por una progresiva nube de niños que al verme hacer el camino al encuentro de todos, se van sumando con trote alegre al ritmo de mi paso. Me uno al grupo en la tercera estación.

De rodillas escuchamos el texto bíblico y la reflexión pertinente a cada parada. Entre una y otra estación, reanudábamos el camino cantando. Confundido al principio por el populoso barullo cargado de frescura y novedad, poco a poco fui entrando en el espíritu y la atmósfera del cortejo. En la quinta estación  es cuando echo la mirada más allá de lo que me rodea de inmediato y mis ojos se fijan en una niña que sentada a una distancia prudencial de la comitiva me mira con ojos grandes, limpios, preciosos, al punto de fijarse mi mirada en ella y es entonces cuando me adentré en su entorno.

Al concluir la oración, ponernos en pie y seguir el camino de la cruz al ritmo de las canciones, ella seguía postrada en el suelo hasta que un joven, la tomaba en sus brazos  y la acercaba hasta la siguiente estación, donde la depositaba sobre tierra o, si en su lugar había, sobre hierba. Tenía una malformación en los tobillos, creo que es el pie equino varo aducto congénito, ya sabéis, pies inversos. Una deformación demasiado habitual por aquí y alguna explicación tendrá. El caso es que esta cria me cautivó la atención ya para todo el recorrido. El gesto cirineo se repetía estación tras estación, una acción que me llenaba de emoción ante tamaña caridad y cariño ejercidos con la pequeña. Inmerso en el grupo de gente fui interesándome por ella. El joven no era familia, sólo un vecino. Un enjambre de niños los arropaba, tanto en el itinerario como en las pausas. Al llegar a la capilla y disponernos a empezar los oficios, la busqué con la mirada y sólo divisé las espaldas del joven que la portaba a lo lejos y se adentraba en el poblado, perdiendo la vista de la escena al hacer incursión tras un enorme árbol. He de confesaros que durante toda la celebración la imagen de aquella sonrisa, aquella mirada, aquél reiterado gesto de generosidad, no se me borraban de la mente. Acabamos los oficios ya entrada la noche.

El sábado, por la mañana, volvimos a Labamba para instalar allí parte del obsoleto material retirado de la misión de Grimari. Una vez hecho el trabajo y antes de volver a Grimari, pedí a los niños me acompañaran a su casa, quería conocerla y saludarla. Fuí al coche y cogí un tetrabrik de zumo de maracuyá que me regalaron el viernes en la base de la ONU, tras celebrar con ellos. Así con la algarabía de los niños me adentré en el poblado y sus callejuelas hasta dar con una casita rodeada por un vallado vegetal. La niña, de nuevo me localizó antes que yo a ella, y arrastrándose veloz y vivamente, se acercó hasta mí y me abrazó las piernas por los tobillos. No puedo deciros lo que sentí en ese momento, pero fue un instante diría yo evangélico, porque a la cabeza me vinieron muchos recuerdos de Jesús recogidos en los Evangelios. El bullicio infantil dio paso a un silencio tejido en corro de quienes expectantes parecían crear esta milagrosa escena.

Me agaché hasta la altura de su mirada y le pregunté por su nombre. Grâce, me dijo. "Biri mbi ba awe ti mo, mo inga? (¿Ayer te ví, sabes? ), ¡Mbi inga! (¡Lo sé!). La mamá se abrió paso entre los pequeños, sosteniendo a un hermanito pequeño en sus brazos y cadera. La saludé y pregunté sobre su familia y cómo ayer ví a Grâce en el via crucis... Hoy quería conocerla y le traía un regalo, para ellos, un sofisticado cartón de zumo. Me percaté que Grâce era querida en el quartier, que los niños la aceptaban muy bien y jugamos un poquito entre todos  a mover manos inversas, ya sabéis ese divertido juego que pone a prueba el cerebro y sus hemisferios a la hora de mover los dedos de las manos en una posición diferente a la habitual. Nos reímos mucho y Grâce ni pestañeaba. Pidieron hacernos una foto y así lo hicimos. Cuando me despedí de la agradecida madre, lo hice también de la pequeña que abrazada a mi cuello me decía "singuila mingui, Bwa! (Muchas gracias , Padre!) Minutos intensos y hermosos. De regreso los pequeños me decían por qué ellos no tenían regalo, se referían al zumo. Me paré, deteniéndose todos también a mi alrededor y les dije: ¿No tenéis regalo? ¡Yo creo que sí!. Podéis caminar, podéis correr con el aro, saltar, jugar al balón, subiros a un árbol,....! ¿Os parece poco regalo? A juzgar por su reacción, creo que entendieron muy bien mi respuesta y ejemplos. Faltaban unos metros para llegar a la capilla y arranqué de repente a correr, viniendo primero todos ellos detrás para finalmente dejarme el último...... ¡Qué bueno y divertido!. Allí nos esperaban el Padre Gladimiro y Pepe. A un chaval mayor de los que estuvieron en el tejado de la capilla con ellos, le hice entrega de una gorra para que se la hiciera llegar al anónimo cirineo, protagonista latente de esta historia. Me insistieron en llevarles en la Pickup  y así lo hice hasta llegar al cruce del camino con la carretera. Todo el recorrido fue de vocerío y cánticos de los pequeños, que de esta manera, recibieron también "su regalo".

La providencia ha hecho el resto. El Dr. Onimus estará esta semana en la misión de Dékoa, cerca de Grimarí. Hasta allí el P. Abraham y el P. Gladimiro acercarán a la pequeña y a alguno más para consulta y después ya será el Dr. el que programe operación de trauma. El deseo es que pueda vivir, al menos en pié, la vida tan arrastrada que le espera como al resto de niños de este país, una vida que resultaría aún más insufrible estando postrado en tierra. Hoy el regalo lo he recibido yo, esta cruz y esta gloria que han sido  transidas por la providente bondad de Dios. Yo sólo hice que mirar. Yo sólo la visité. Ciertamente este encuentro ha sido en verdad toda una gracia.

jueves, 1 de mayo de 2025

APAGÓN

No me refiero con este título al que habéis sufrido hace unos días en España, Portugal y Andorra. Me refiero al apagón de este blog durante este, casi mes. Me encanta que muchos, muchos, lo  hayáis extrañado y me habéis escrito de diferente modo. Ha sido una cascada de mensajes interesándose por mí, deseando que nada malo haya pasado, etc. Y es que esta comunidad digital ya supera los treinta y tres mil lectores por todo el mundo. Un escenario, este digital, nada desdeñable y que hemos de apreciar y valorar porque llegamos donde ni nos podíamos imaginar hacerlo de otro modo. A todos, de veras, gracias de corazón. El apagón del blog se ha debido a la concurrencia de diversos elementos que me han hecho imposible lo que hoy de nuevo hago: tomarme un tiempo y ponerme a escribir. La llegada de Pepe con su apretado programa de energía solar para las misiones nos han llevado a Boda, M´Baïki, Mongoumba, Bangui, Grimari, Bambari y Kaga Bandoro. Un programa lleno de experiencias que ire compartiendo poco a poco. Otra coincidencia ha sido el final de la cuaresma y la semana santa, que debido a lo anterior he vivido este año en diversas capillas de la diócesis de Bambari y en las bases de la ONU (Minusca) con el contingente Burundés. He estado más de quince días sin apenas casi tiempo ni  tampoco conectividad. Una vez concluidas las labores técnicas, hoy ha sido el único día que hemos dedicado a disfrutar un poco de la naturaleza en el entorno de las cascadas de Boalí, disfrutando de la compañía de amigos en torno a un sabroso y reciente pescado. Al llegar a Bangui, la bendición ha sido doble porque nos han anunciado que había agua, con lo que nos hemos duchado y yo he sacado tiempo para abrir el ordenador y dar señales de vida.


Pascua es tiempo de vida, alegría y luz y todo ello es lo que de nuevo  ha traído Pepe en su mochila. Ha acabado cansado porque se ha impuesto un ritmo de trabajo al modo europeo y aquí se ha confrontado con el calor, los caminos, y un montón de condicionantes propios del lugar. A pesar de todas estas limitaciones ha logrado terminar antes de lo previsto y el domingo se regresará para España, quince días antes de lo previsto. Todo este tiempo ganado al mismo tiempo le ha salido del cuerpo y ahora podrá descansar ya en casa y con los suyos. Impecable resultado que no sabemos cuánto durará porque aquí todo esto tiene un enemigo de guante negro: el abandono y desinterés de quienes son sus primeros beneficiarios. La cultura africana no entiende de "mantenimiento". Giorgio, un avezado misionero italiano dice que como no existe la palabra en sus lenguas, tampoco el concepto, lo que significa. Poco a poco un tubo no lucirá y no se cambiará, un panel solar estará sucio y nadie lo limpiará. Tampoco se preocuparán de desconectar cuando haya tormentas y alguna los dañará y así poco a poco tanto lustre e ilusión estrenados ahora, perderán brillo y se apagarán. Este es el pronóstico, al que nos enfrentamos con una alta dosis de profecía y esperanza de que las cosas pueden cambiar y ser de otra manera..... Ya veremos al final con el paso de los años si esta luz se mantiene o se va apagando. El caso es que que lo bien hecho, bien parece y hemos hecho lo que teníamos que hacer. Ahora ya es responsabilidad suya. 

A esta tarea de ayuda se han uncido el Padre Gladimiro primero y el Padre Gabriel después. Los tres hemos ido siendo testigos de experiencias bonitas que también iremos desgranando en sucesivas entradas. este tiempo de trabajo compartido y servicio ha estado marcado por la muerte del Papa Francisco, que de alguna manera ha sido catalizador de nuestras conversaciones y objeto de nuestra oración. Ahora nos adentramos en un tiempo nuevo donde el miedo no puede ser nuestro compañero de viaje. Yo veo que aún no es el tiempo de un papa negro. Dos detalles que creo es bueno recordar a este respecto ahora. La oposición de toda la Iglesia africana a la Declaración de Francisco "Fiducia suplicans" ya indica la clave de las melodías que aquí se interpretan, tanto que en el was del clero de la diócesis, tras la comunicación del obispo de la muerte del papa..... ningún sacerdote se ha hecho eco de comentario especial. Indicadores, creo de que aún no están preparados para encarar la responsabilidad al frente de toda una iglesia universal.  Si las promesas de la misa crismal las hice en la catedral de Bambarí el martes santo, el funeral por Francisco lo celebramos el viernes de la octava en la catedral de Kaga Bandoro. Pienso que si asia ahora es el escenario de mayor número y crecimiento de cristianos, quizá tras la senda de Francisco, pueda ser el momento de un asiático. En cualquier caso es tiempo del Espíritu y los cardenales habrán de ponerse a la escucha de su voluntad e idoneidad para este tiempo. 


Pero volvamos al hoy de ahora de este día de pascua, fiesta de san José obrero, fiesta del trabajo, donde hemos compartido una jornada fraterna entre sacerdotes y laicos, disfrutando de la naturaleza como lugar de la manifestación de la belleza y el amor de Dios. Regalo que nos confía para que lo cuidemos. Boalí es como la hermana pequeña de las cataratas Victoria. Un paraje precioso donde el protagonismo de la belleza del agua en su caída no es inconveniente para su aprovechamiento energético. El tendido al borde la carretera durante los 90 kilómetros del recorrido entre Bangui y Boalí, testimonian que sólo la capital, en este vasto pais, cuenta con fluido eléctrico y éste muy inestable. Quizá esta jornada lúdica y fraterna, haya hecho posible el milagro de que a nuestro regreso y tras más de un mes sin agua corriente, pudiéramos ducharnos al mejor estilo de nuestra acostumbrada, nunca segura, normalidad. En cualquier caso, un signo de pascua, que junto a la luz la que gracias a Pepe recogemos del sol transformada para nuestros quehaceres, el agua, nos anima a seguir haciendo posible en derredor la vida. Pepe ha venido precisamente para sacar a estas gentes del apagón permanente en el que viven. Nuestra será la tarea de educarles para disfrutar y cuidar este bien preciado. De no ser así, el apagón aquí será más serio que ese cero energético que os sumió durante unas horas en la oscuridad total. Suerte que sólo fueron unas horas....